¿Cristo o Belial? Respuesta al obispo Williamson sobre la asistencia a la Nueva Misa

Respuesta al obispo Williamson sobre la asistencia a la Nueva Misa
 
Por. Mons. Donald Sanborn
 
El 28 de junio de este año, el obispo Williamson dio una conferencia a un grupo de personas en Connecticut, seguida de preguntas y respuestas. [ver completo aquí]
Una señora le preguntó si estaba permitido asistir a la Nueva Misa. [ver pregunta aquí] El obispo Williamson respondió  que, en determinadas circunstancias, podía permitirse participar activamente en la Nueva Misa.
A continuación pretendo analizar su respuesta. Tengo que citarle continuamente porque  no quiero tergiversar en absoluto su posición presentando solamente algunos comentarios  a textos seleccionados.
Él comienza diciendo que la Nueva Misa es  “en gran parte la clave de la nueva religión, el factor más importante de la apostasía en todo el mundo.“: Y pasa a enunciar lo siguiente como la “regla de oro” ” la absoluta regla de las reglas : “Haz  lo que que creas necesario para alimentar tu fe“. A continuación, explica: “Algunos sacerdotes Novus Ordo alimentan en la fe y la edifican en las parroquias Novus Ordo” “Ha habido milagros eucarísticos con la Misa del Novus Ordo y aún siguen sucediendo”. [1 ]
Luego enuncia este extrañísimo principio: “Si bien la nueva religión es falsa, es peligrosa sofoca la gracia, y contribuye a que muchas personas pierdan la fe, al mismo tiempo, hay casos en que puede ser útil y lo es en realidad para edificar la fe.»
Finalmente  llega a lo que él llama el principio esencial: “Haz lo que creas  necesario para mantener la fe.»
Adopta un principio enteramente subjetivo : Haz lo que juzgues tú personalmente ” “Yo tengo que tomar mis propias decisiones teniendo en cuenta mis propias circunstancias”
 
 
Una Nueva Misa «reverente». 
Según Mons. Williamson contribuiría
a edificar la Fe y daría gracia. 
Resume diciendo: “Por lo tanto, hay casos en que incluso la Misa del Novus Ordo puede ser oída en vistas a  la construcción de la propia fe sin que te haga perderla” “Mantente lejos de la misa del Novus Ordo. Pero excepcionalmente, si asistes a ella y oras,  incluso allí puedes encontrar la gracia de Dios. Si lo haces, aprovéchate de ella para santificar tu alma“.
Concluye respondiendo de esta manera: “Si ellos [los laicos] pueden confiar en su propio juicio en cuanto a que la asistencia a la Nueva Misa les hará más bien que mal espiritualmente … Eso es malo en sí mismo. No hay duda sobre eso. Es un rito destinado a socavar la fe de los católicos, y para hacer que su fe se aparte de Dios y se vuelva al hombre “.
Después da el golpe de gracia: “La totalidad de la nueva religión, y la Misa del Novus Ordo es una parte esencial de la nueva religión, está diseñada  para alejarte de la fe católica …”
Análisis de las proposiciones del obispo Williamson
Punto # 1. La Nueva Misa o bien es un culto católico o no es un culto católico. No hay una tercera posibilidad. Para que  sea una misa católica, debe (A) tener un válido rito católico de consagración; (B) ser ofrecido por un sacerdote católico válidamente ordenado que esté en unión de  la jerarquía católica, y que esté autorizado por esta jerarquía para ofrecer la misa en nombre de toda la Iglesia; (C) que las ceremonias sean católicas, es decir, que estas  ceremonias  expresen la verdad católica sobre la Misa. Si carece de alguno de estos elementos, no será una misa católica, y será un pecado mortal asistir a la misma.
Si nos concentramos sólo en la cuestión de las ceremonias católicas, está claro que la Nueva Misa no  es un culto católico. Este hecho ha sido demostrado muchas veces durante los  pasados cuarenta y cinco años y más en particular por el propio arzobispo Lefebvre, quien la llamó misa de Lutero.
El Obispo Williamson está en lo cierto al decir que el Arzobispo Lefebvre nunca consideró la Nueva Misa necesariamente inválida. Sin embargo pensaba que era mala por la precisa razón de que sus ceremonias no expresaban la verdad católica sobre la Misa y el sacerdocio. Esta doctrina nos fue inculcada a martillazos por el Arzobispo en Ecône. El propio obispo Williamson dice que: “Es un rito destinado a socavar la fe de los católicos, y para hacer que nuestra fe se aparte de Dios y se vuelva al hombre.”
El servicio de la comunión anglicana, por ejemplo, contiene una fórmula de consagración válida, pero no es un culto católico, porque las oraciones que lo rodean transmiten el error y la herejía respecto del Santo Sacrificio de la Misa y del sacerdocio.Lo mismo puede decirse de la Nueva Misa. Lo mismo de la Misa de Lutero. [2]
Por este motivo, desde 1969, hubo  católicos en  todo el mundo que han estado  resistiendo y rechazando enérgicamente  la Nueva Misa, a pesar de que fue promulgada por Pablo VI, precisamente porque es un culto no católico. Si es un culto católico, entonces ¿por qué hay que resistirse a ella? Pero si se trata de un culto no católico, ¿cómo podríamos asistir a esa misa?
No puede decirse que “un rito destinado a socavar la fe de los católicos” sea culto católico, y agradable a Dios. Es una abominación a los ojos de Dios, y este hecho es la razón de nuestro rechazo persistente durante décadas a la misma.
Punto # 2. La misa católica no es principalmente algo espiritual que pueda elegirse a voluntad. El obispo Williamson, en la respuesta anterior a la pregunta de una señora señaló la regla de oro y la regla absoluta de las reglas: “Haz lo que creas que tienes que hacer para alimentar tu fe “.
Hay que decir, en primer lugar, que el Santo Sacrificio de la Misa se ​​ofrece primaria y esencialmente para adorar a  Dios, y no como algo ordenado a aumentar el fervor en nuestra vida espiritual. Sí es verdad que todo verdadero culto a Dios,  incluso devociones como la de la Medalla Milagrosa, debe tener como efecto esecundario el aumento de fervor y devoción en nuestras almas. En ningún caso, sin embargo, cualquier acto de culto esta ordenado primordial o esencialmente,  hacia el aumento de la piedad personal.
El principio que el obispo Williamson da aquí – ” Haz lo que creas que debas  hacer para alimentar tu fe” – es completamente protestante. Para el protestante toda adoración consiste únicamente en un acto interior de alabanza y acción de gracias a Dios. El altar del protestante es su corazón. Su adoración es en consecuencia totalmente subjetiva, como lo es su fe. El propósito del culto protestante externo, es decir, todo lo que hacen los domingos en sus iglesias, es excitar el corazón hacia los sentimientos de la fe. Por esta razón, el culto protestante puede variar desde ser muy católico en su exterioridad como el de la Alta Iglesia Anglicana, a ser algo bajo y vulgar, como el de los pentecostales. ¿Cuál es la regla de oro del verdadero culto para los protestantes? Es exactamente lo que el obispo Williamson dice: “Haz lo que creas que tienes que hacer para alimentar tu fe.”
Su declaración también es modernista. El Modernismo subjetiviza completamente la religión. La Religión es su propia experiencia religiosa interior, y el dogma debe evolucionar de acuerdo a la evolución de su experiencia religiosa. Decir que la regla absoluta de las reglas  es el de ” hacer lo que tengas que hacer para alimentar su fe “significa que nuestra fe interior es lo que justifica el culto externo, sea el que sea.
En consecuencia, el modernista podría fácilmente decir que una misa con globos nutre su fe, o una Misa con payasos, o cualquier otro tipo de aberración litúrgica.
Pío XII
La posición católica es que lo que alimenta nuestra fe es la doctrina católica. El Papa Pío XII dijo en su encíclica Mediator Dei“Que la ley de la oración sea la ley de la fe, lo que significa, como él mismo explica, que la liturgia debe reflejar la verdad católica (sin 48.): ” La liturgia es una profesión de las verdades eternas “ (ibíd.) El Pontífice también dice en el mismo párrafo que la liturgia recibe su doctrina de las enseñanzas de la Iglesia, y también tiene razón cuando dice: “Que la ley de la Fe determina la ley de la oración “.
La doctrina litúrgica católica, por lo tanto, declara que existe una relación estrecha y recíproca entre el dogma católico y la liturgia católica. En consecuencia, la única liturgia que podría alimentar nuestra fe, de acuerdo con Pío XII, sería una que estuviese determinada por el dogma católico.
¿Cómo podría entonces la Nueva Misa alimentar la fe de uno? La única forma seria si reflejase la verdad católica, es decir, como dice Pío XII, si “fuera una profesión de las verdades eternas.”
Si la Nueva Misa fuese una profesión de las verdades eternas, sin embargo, entonces ¿por qué sería  mala, y por qué tendríamos que  resistirnos a ella y rechazarla?
Obviamente no es una profesión de las verdades eternas, como todos saben, y especialmente el obispo Williamson, quien dijo: “Se trata de un rito destinado a socavar la fe de los católicos, y hacer que su fe se aparte de Dios y se vuelva al  hombre “
La conclusión es que el obispo Williamson lo confunde todo de arriba abajo y es totalmente inconsistente, está contaminado por el pensamiento protestante y modernista, y pone las bases lógicas para lograr una reconciliación con los modernistas, o sea el temido Fellay-ismo.
Punto # 3. La  posición  del Obispo Williamson sobre la Nueva Misa conduce lógicamente a la reconciliación con los modernistas. El Obispo Williamson ve la nueva religión y su Nueva Misa como algo oscuro, es decir, como algo diseñado para destruir su fe, pero si se le entiende correctamente, en realidad  también como algo que  podría alimentar su fe.
Él dice: “Si bien la nueva religión es falsa, es peligrosa y sofoca la gracia, y está haciendo que  muchas personas pierdan la fe, al mismo tiempo, hay casos en los que puede ser útil y lo será en realidad para edificar la fe. “
Él cita la siguiente como prueba de este principio general: ” Algunos sacerdotes Novus Ordo alimentan y edifican la fe en las  parroquias  Novus Ordo” “Ha habido milagros eucarísticos en las misas del Novus Ordo y siguen  ocurriendo”..
Analicemos estas declaraciones. Si los sacerdotes Novus Ordo pueden nutrir y construir la fe por ser sacerdotes conservadores del Novus Ordo, entonces debemos concluir que el uso prudente de la Nueva Misa nutre y edifica la Fe. Si esto es cierto, entonces, ciertamente, el uso de la misa latina tradicional en el contexto de la nueva religión podría construir y nutrir la fe.
Lógicamente este principio conduce a esta conclusión: que debemos permanecer en el Novus Ordo, buscar sacerdotes conservadores, ir a misas Motu Proprio, y tratar de resolver los problemas de la Iglesia desde dentro del Novus Ordo. Esto significa que no hay nada malo intrínsecamente con la Nueva Misa, sino que se trata de algo diseñado para destruir la fe de uno, sólo cuando no se ofrece de forma conservadora.
Monseñor Fellay se esfuerza por incorporar la Sociedad de San Pío X a las estructuras del Novus Ordo , precisamente, para trabajar desde dentro de ellas, y para ayudar a lograr una religión conservadora del Novus Ordo, ya que no hay objeciones  intrínsecas a la Nueva Misa o al Vaticano II. El  Obispo Williamson proporcioba al obispo Fellay en bandeja de plata toda la lógica para una reconciliación,  y al mismo tiempo destruye el fundamento teológico de su movimiento de resistencia.
Punto # 4. Los milagros son realizados por Dios sólo para la confirmación de la verdad. El obispo Williamson cita cuatro milagros eucarísticos, alegando que aún hay otros, que han tenido lugar en la Nueva Misa. Él hace esto con el fin de demostrar que la Misa del  Novus Ordo  tiene la capacidad de dar la gracia y santificar las almas.
La doctrina católica es que Dios hace milagros sólo para confirmar  la verdad. Sería una blasfemia afirmar que lo hace en la confirmación del error, ya que iría en contra de su santidad y su veracidad.
Sin embargo, el obispo Williamson condena la Nueva Misa como algo pernicioso: “La totalidad de la nueva religión, y la Misa del Novus Ordo es una parte esencial de la nueva religión, está diseñada para que usted se aparte de la fe católica …” “Es un rito diseñada para minar la fe de los católicos, y para apartar de Dios su fe y volverla hacia el hombre”.
¿Cuál es sin embargo, la conclusión de la afirmación del obispo Williamson acerca de que ha habido milagros eucharísticos en la Nueva Misa? La respuesta es muy simple: La Nueva Misa es una misa católica santa que santifica las almas. ¡Dios lo dice con sus milagros!
Si esto es así, entonces ¿por qué habría que resistir a  la Nueva Misa? ¿Por qué no asistir a la misma, y ​​estar feliz con ella? Según el obispo Williamson, Dios ha dado su sello de aprobación a la Nueva Misa.
Punto # 5. ¿Quién soy yo para juzgar? El obispo Williamson reduce la cuestión de la asistencia a un juicio completamente personal. Para él, la Nueva Misa y la nueva religión en general no son intrínsecamente malas. Son malas sólo en ciertas circunstancias, es decir, cuando amenazan la fe interior. Si usted toma medidas para desviar estos peligros, la Nueva Misa y la nueva religión en realidad puede dar la gracia y santificar el alma.
Por ello la decisión sobre la asistencia a la Nueva Misa se aparta de la realidad objetiva, y hace que todo el asunto estribe en una elección personal: “Usted hace sus propios juicios.” “Yo tengo que tomar mis propias decisiones según mis propias circunstancias. “
A pesar de que en su conferencia lamenta el subjetivismo de Bergoglio respecto de la moral, ¿no está el Obispo Williamson haciendo exactamente lo mismo? En efecto, si la Nueva Misa es objetivamente un culto no católico – y creemos firmemente y sostenemos que es así  – se deduce que asistir a ella sería un pecado mucho mayor que el de sodomía. Bergoglio pronunció su inolvidable “¿Quién soy yo para juzgar?” acerca de un sacerdote supuestamente sodomita en el Vaticano. ¿Acaso el Obispo Williamson, al decir que hay que juzgar por nosotros mismos,  no separa  la asistencia a la Nueva Misa de cualquier norma objetiva y clara?
Vemos de nuevo en el obispo Williamson la influencia protestante y modernista que le hace tomar una decisión sobre el acto central del culto católico según un juicio puramente subjetivo.
Una nota muy extraña. Mientras escuchaba atentamente la conferencia del obispo Williamson en YouTube, me di cuenta de que, cuando comenzó a hablar de este tema espinoso, un aviso apareció en la página:

La ley estadounidense de derechos de autor permite el análisis crítico de un vídeo hecho con un uso justo, pero a aquellos usuarios (Novus Ordo Watch, etc.) que descarguen partes de este vídeo para alentar la agenda sedevacantista sin vincularlas o acreditarlas con  el video completo parecería que están atacando a Su Excelencia. Todos debemos estudiar nuestra fe y orar por nuestro clero, incluyendo, en particular, al Papa [sic] Francisco.

Este canal no apoya el error sedevacantista o la asistencia a la Nueva Misa, excepto en las circunstancias dichas por el arzobispo Lefebvre, por ejemplo, en la asistencia pasiva a los funerales y bodas.

En primer lugar, hay que decir que la crítica de las posiciones liberales e inconsistentes del obispo Williamson de ninguna manera apoyan la causa del sedevacantismo, sino por el contrario, se limitan  a señalar lo absurdo de la posición reconocer y resistir.
En segundo lugar, nadie está “atacando a Su Excelencia.” Estamos simplemente señalando sus errores. En realidad él ha hablado mucho en los últimos meses sobre sus objeciones al sedevacantismo.
En tercer lugar, el “canal”, es decir, los promotores del vídeo y, presumiblemente, los seguidores del obispo Williamson, han arrojado sobre él lo que debe ser para ellos el mayor insulto, a saber, que él ha contradicho Arzobispo Lefebvre en este tema, al haber rechazado públicamente la posición del obispo Williamson sobre la asistencia a la Nueva Misa.
En cuarto lugar, los que alegan que el arzobispo Lefebvre permitió  la asistencia solamente pasiva, en determinadas circunstancias, deberían explicar cómo, como parte del acuerdo de 1988  del 5 de mayo con los modernistas, aceptó celebrar una Nueva Misa en Saint-Nicolas-du-Chardonnet en París . [3]
La verdad sea dicha: La Nueva Misa es asesina de la Fe.
Durante los últimos cincuenta años, hemos sido testigos del fenómeno impresionante de la pérdida de la fe por parte de al menos el 90% de los que se llaman a sí mismos católicos. Mientras que todavía conservan una membresía puramente material (es decir, institucional) en la Iglesia Católica,  se adhieren a las falsas doctrinas y rechazan muchos dogmas católicos.
¿Cuál es la causa de esta ruptura masiva con la fe? ¿Estos cientos de millones de católicos se entregaron a la lectura de los documentos del Concilio Vaticano II, o de las encíclicas interminables y confusas de Juan Pablo II y Benedicto XVI? ¿Es por eso que han perdido la fe?
No. La razón por la que han perdido la fe es que han asistido a la nueva liturgia que mata la Fe cada domingo,  en la que  la doctrina católica ha sido eliminada  y reemplazada con herejías protestantes y modernistas. Pío XII dijo que la liturgia debe determinar la ley de la fe, y de hecho la nueva liturgia lo hace. Esta abominación litúrgica ha determinado la ley de la incredulidad, la ley de la herejía.
Sólo hay  que leer el libro de Padre Cekada, Work of Human Hands para darse  cuenta de cuánto mal hay en lo que ahora se conoce como la Nueva Misa.
Esta Nueva Misa putrefacta es lo que también mató a la fe de los sacerdotes que decían esa misa. Fue la causa determinante de su pérdida de la Fe. Ellos, a su vez, transmiten su contagio de incredulidad a sus feligreses en forma de falsa doctrina en los sermones, catecismos, y con su comportamiento general.
La Nueva Misa es un árbol malo que ha dado malos frutos. Un fruto bueno no puede venir de un árbol malo. El mal fruto no puede venir de un buen árbol. El Obispo Williamson dice que la Nueva Misa produce un fruto bueno. Esto significa que, a sus ojos, debe ser un buen árbol.
Conclusión
El Obispo Williamson está claramente confundido acerca de la naturaleza de la nueva religión y de la Nueva Misa. Si uno mira la respuesta completa a la pregunta en YouTube, uno observa sus movimientos atrás y adelante, por un lado, echando diatribas contra la nueva religión y la Nueva Misa como obra del diablo, y por otro lado, afirmando que la nueva religión “puede nutrir y construir tu fe” y que la Nueva Misa es una fuente de gracia.
¿Por qué el obispo Williamson está tan confundido? Porque el arzobispo Lefebvre estaba también confundido.
A pesar del gran bien que Monseñor Lefebvre hizo en lograr que el movimiento tradicional fuese popular en todo el mundo, así como el bien que hizo en la ordenación de tantos sacerdotes para ofrecer la misa latina tradicional, sin embargo, hizo un gran daño al movimiento por no establecerlo  sobre una base teológica adecuada.
En agosto de 1987, el Arzobispo Lefebvre escribió una carta privada a los que tenía la intención de consagrar obispos, diciéndoles que “la Cátedra de Pedro y de los puestos de autoridad en Roma están ocupados por anticristos“. Sin embargo, a lo largo de los siguientes nueve meses, llevó a cabo negociaciones con el entonces cardenal Ratzinger del Novus Ordo: Con el fin de que la Fraternidad diese  sacerdotes que pudiesen ser absorbidos en el Novus Ordo. El 18 de octubre  de 1987, el Arzobispo Lefebvre dijo a un periodista de 30 días: “Un paso importante se ha tomado en el camino de la reconciliación, tengo esperanzas. “El 7  de diciembre de 1987, le dijo al diario italiano La Stampa: “El problema es el de los obispos que están contra nosotros y nos quieren poner fuera de las iglesias. Hay un muro de  oposición contra  nosotros, es necesario que Roma nos salve.“
Las negociaciones con Ratzinger (uno de los anticristos) se desarrollaron durante el invierno y la primavera.
En mayo de 1988, se firmó un protocolo (acuerdo previo) con Ratzinger, en el que, como parte de los términos de la reconciliación, Juan Pablo II (segün el Arzobispo el Anticristo) le permitiera consagrar obispos entre los miembros de la Fraternidad, y como muestra de la aceptación de la Nueva Misa, el Arzobispo estuvo de acuerdo en celebrar una Nueva Misa en la iglesia de la Fraternidad en París.
Al día siguiente el arzobispo repudió el documento. Quería absolutamente tener  permiso para consagrar a un obispo el 30 de junio
Después, a  lo largo de  las próximas ocho semanas realizó  una campaña vitriólica  contra Juan Pablo II acusándolo de no ser católico y ser un anticristo.
El 15 de junio, el Arzobispo dio una conferencia en la que dijo que Juan Pablo II es el Papa, pero no es católico. Dijo que Juan Pablo II estaba excomulgado y fuera de la Iglesia, pero con todo era la cabeza de la Iglesia. El 16 de junio, expresó a un periodista su esperanza de  que Juan Pablo II (el anticristo, el modernista, el excomulgado que está fuera de la Iglesia) reconociera sus consagraciones.
El 30 de junio de 1988, consagró  cuatro obispos sin el permiso de los “anticristos” de Roma. Él,  entonces volvió a dar un sermón virulento contra los modernistas en Roma.
Después de la ceremonia, sin embargo, le dijo a un grupo de periodistas “en cinco años todo estará reconciliado.”
El Arzobispo Lefebvre, como se puede ver claramente, era un hombre de la auto-contradicción.
El Obispo Williamson, que es un decidido seguidor del arzobispo Lefebvre, aprendió bien de su maestro. Aprendió más que nadie a pensar que el Concilio Vaticano II, la Nueva Misa, y la nueva religión, son católicos y no católicos, son a la vez aceptables e inaceptables, son algo a evitar y algo a  abrazar.
El Arzobispo Lefebvre y su clero han sido consistentes en una cosa:  Nunca tuvieron una posición clara, permanente e inmutable relativa al Vaticano II, la Nueva Misa, y la nueva religión. Durante los cuarenta y cinco años de su existencia, se mueven continuamente en zig- zag y flip-flop sobre todas las cuestiones que se encuentran a la base del movimiento tradicional.
En la raíz de esta incongruencia está  la negativa a considerar a  los papas del Vaticano II como falsos papas. Porque si usted dice que Bergoglio es el Papa, está afirmando que la religión de él  es la católica. Papado y Fe católica son dos cosas que son intrínsecamente inseparables. Todo el mundo lo sabe. Incluso el sentido común lo dicta.
“¿Y qué concordia puede haber entre  Cristo y  Belial ? “ (II Corintios VI: 15) El Obispo Williamson aborrece los movimientos realizados por el obispo Fellay hacia una reconciliación con los modernistas. Sin embargo, en esta respuesta a la pregunta de la señora, el obispo Williamson pone la base para toda la confusión y la incoherencia que lleva a una reconciliación con el Belial del Novus Ordo.
Imagen de cabecera: «tanto monta, monta tanto»
Fuente: blog de Mons. Donald Sanborn In Veritate
Versión en español: Amor de la Verdad
Notas
[1] Durante el tiempo que he conocido al obispo Williamson (43 años), él ha sido muy rápido para creer informes de milagros, apariciones y mensajes.
[2] Todos estos ritos contienen  palabras válidas consagratorias del pan. También tienen formas esenciales válidas para el vino si se tiene en cuenta sólo las primeras palabras, “Este es el cáliz de mi Sangre …” para ser suficiente para la validez. No quiero entrar aquí en una discusión sobre este punto en este artículo. El punto aquí es que, a pesar de una consagración válida, una misa puede ser no-católica debido a falsas ceremonias que rodean el rito esencial.
[3] El Arzobispo Lefebvre en 19 de junio , 1988.