Exposición sumaria del origen de las ideas

Las nociones expuestas en el artículo anterior, en relación con las doctrinas psicológicas de antemano consignadas, nos conducen a la siguiente teoría ideológica, que puede considerarse como un corolario general de la Psicología, y que puede condensarse en los siguientes puntos:

1º Si se trata de las ideas expresas, todas son producidas por el entendimiento posible, es decir, por el entendimiento en cuanto incluye o significa la facultad de entender los objetos por medio de percepciones, juicios y raciocinios universales, que esto y no otra cosa es el entendimiento posible. No siendo las ideas expresas más que los conceptos o nociones que el entendimiento forma de los objetos que conoce o en cuanto sometidos a la intelección, claro es que deben considerarse como un efecto y producto del entendimiento posible.

2º Si se trata de las ideas impresas, o sea de aquella idea o representación intelectual que establece comunicación actual entre el objeto cognoscible y el entendimiento cognoscente, sirviendo de medio para que el objeto se haga presente al entendimiento con presencia inteligible y bajo la forma de universalidad, entonces es preciso distinguir:

a) Si se trata de las ideas de primera abstracción, estas son producidas por la acción del entendimiento agente sobre las representaciones sensibles, lo cual equivale a decir [418] que son producidas y elaboradas en virtud de la fuerza innata o actividad connatural y espontánea que tiene el entendimiento, para determinar la representación universal del objeto contenido y representado en la sensibilidad con representación singular y sensible.

b) Si se trata de las ideas que hemos llamado inteligibles, estas proceden a la vez de los dos entendimientos: del agente, en cuanto que en las ideas de primera abstracción, por ejemplo, en la idea de hombre, se hallan incluidas otras puramente inteligibles, como la razón de causa, efecto, sustancia, existencia, &c. Proceden también el entendimiento posible o cognoscente; porque este, al conocer o entender al hombre, siguiendo el ejemplo indicado, descubre en él y pasa sucesiva y voluntariamente a pensar y concebir cada una de las realidades objetivas correspondientes a las ideas de causa, sustancia, contingencia y otras puramente inteligibles.

3º Por lo que hace a las ideas puramente espirituales, también es preciso distinguir.

a) La idea o representación inteligible de Dios, bajo el concepto de ser necesario e infinito, resulta de la síntesis o reunión de las ideas de ser con las de necesidad absoluta, o negación de límites y determinaciones respectivamente. Si Dios se presenta bajo el concepto de causa primera, entonces se forma del mismo modo que las ideas inteligibles.

b) Si se trata de los ángeles, formaremos ideas o representaciones inteligibles de estas sustancias, por analogía con la sustancia de nuestra alma; de donde se infiere que son producto del entendimiento posible más bien que del agente.

c) Finalmente, los actos o funciones ejercen el oficio de ideas impresas, sin serlo propiamente, con respecto a nuestra alma, cuya sustancia y atributos conocemos mediante la intuición experimental de sus actos. De aquí se infiere, que en realidad, no hay idea impresa del alma, supliendo sus veces los actos que de ella proceden, y que son manifestaciones y como presentaciones de su ser.

4º La idea de ente, como condición necesaria que es de la actividad intelectual y de su ejercicio, puede considerarse [419] como una idea innata implícita et in fieri, bastando cualquiera excitación de dicha actividad para que se haga explícita, actual, perfecta y clara en la inteligencia, que depende de ella en su desarrollo subjetivo y objetivo.

5º Infiérese de lo dicho que todas las ideas intelectuales pueden decirse dependientes de la sensibilidad bajo dos puntos de vista generales: 1º porque en el hombre no se manifiesta ni desarrolla el conocimiento intelectual, ni adquiere ideas o nociones intelectuales de los objetos, sin que haya precedido el conocimiento sensitivo o la percepción de algún objeto singular por medio de los sentidos: 2º porque, hablando en general, primero conocemos los singulares que los universales, y por otra parte las representaciones sensibles son las que originariamente excitan la actividad intelectual y constituyen, o la materia, o la ocasión respectivamente, para la formación de las ideas y conocimientos intelectuales. En este sentido, puede admitirse como verdadero y exacto el apotegma antiguo: nihil est in intellectu quin prius fuerit in sensu.

6º Este mismo apotegma será inadmisible y conducirá al sensismo, como condujo a Locke, si se toma literalmente como suena. Porque la verdad es: 1º que los sentidos no son verdadera causa eficiente de las ideas y conocimientos intelectuales, sino causa material, cuando más: la razón de causa eficiente corresponde al mismo entendimiento: 2º que con respecto a algunas ideas, ni siquiera tienen razón de causa material; pues las ideas que hemos apellidado inteligibles, solo dependen o proceden de las representaciones sensibles de una manera indirecta y remota; a lo cual se añade, que con respecto a las espirituales de los ángeles y del alma racional, y más todavía con respecto a la idea fundamental del ser, ni siquiera tienen razón de causa material remota, pues esta clase de ideas solo proceden de la sensibilidad como de causa ocasional.

Conviene no perder de vista estas indicaciones, si se quiere saber el sentido o significación en que santo Tomás y otros Escolásticos hacen uso del axioma nihil est in intellectus quod non prius fuerit in sensu.