Si a usted, amable lector, le causaren repugnancia algunas citas que aquí aparecen, no descargue su ira sobre mí persona, puesto que no voy a pretender más que dar testimonio de la Verdad, y no veo mejor forma que exponiendo a la luz lo que está oculto; trataré de demostrar que los judíos no veneran ni se guían por la Ley ni por los Profetas, sino por las opiniones de los rabinos.

Sin embargo, la frontera entre la Sinagoga y la Esposa de Cristo, aunque es absoluta, no es meramente territorial ni es tan fácil de distinguir su perímetro difuso, sino que atraviesa sinuosamente a los mismos miembros de la  iglesia conciliar e incluso algunos «tradicionalistas» que campan a sus anchas; por eso se encuentran en ésta esposos y hermanos, padres e hijos, uno de los cuales será llevado y otro dejado; y sobretodo, muchos pastores que introducen al lobo en el aprisco, canes mudos, doctores bobos, maestros de la inmundicia, ‘santos’ adictos al ‘blu-jeans’ a la ‘cocacola’ y al ‘hog-dost’, monas del gran San Bernardo, caricaturas de Santa Catalina de Siena y ‘papas’ que conducen a su grey a las fauces de los anticristos reunidos en la Sinagoga de Roma, de Buenos Aires, Bogotá, New York  o en cualquier otro Kahal,  (1) desde los cuales quieren dominar toda la tierra (Jn. 8, 39 ss.).

Sí, he dicho también «papas», y lo digo con muchísimo dolor y tristeza, pero me es imposible callar la verdad ¿Qué significan, sino, estas palabras suyas que resalto?:  “Hasta entonces [¿la parusía?], Israel mantiene su propia misión. Está en la mano de Dios, el que en el tiempo que quiera, los salve “totalmente” cuando el número de los gentiles se haya completado”. ( «Papa» Benedicto XVI en la obra “ Jesús de Nazaret II ”P. 63); o estas otras del mismo autor “Y si los judíos no ven las promesas que se cumplen en Él, no se trata de mala voluntad por su parte, sino realmente a causa de la oscuridad de los textos. … Hay buenas razones, entonces, para negar que el Antiguo Testamento se refiere a Cristo y para decir, ‘No, eso no es lo que dice‘ “( Ratzinger en Dios y el Mundo, pág. 209) o éstas del «santo súbito» Wojtyla “¡Shalom!… El encuentro entre el pueblo de Dios de la Antigua Alianza, que nunca fue rechazada por Dios, y el de la Nueva, es asimismo un diálogo interior a la Iglesia misma, como si fuera entre la primera y la segunda parte de la Biblia (…) Judíos y cristianos están llamados como hijos de Abraham a ser bendición para el mundo (…) Diálogo entre las dos religiones que, con el Islam, deben dar al mundo la fe en el único e inefable Dios que nos interpela”.( Antipapa Juan Pablo II a la comunidad judía en Maguncia el 11/7/80) o ésta del mismo y anterior ‘doctor’ A quienes comparten con nosotros la herencia de Abraham, nuestro padre en la fe, y la tradición del Antiguo Testamentoes decirlos judíos; y a quienes, como nosotros, creen en Dios justo y misericordioso, es decir, los musulmanes, dirijo igualmente esta llamada, que hago extensiva, también, a todos los seguidores de la grandes religiones del mundo” (Encíclica Sollicitudo Rei Socialis del Antipapa Juan Pablo II) o ésta del Antipapa Francisco “La Iglesia oficialmente reconoce que el pueblo de Israel sigue siendo depositario de las promesas” (Bergoglio en Sobre el Cielo y la Tierra, pag. 176) ¿Pero no se cumplieron ya las antiguas promesas en Cristo, al que no aceptan los judíos talmúdicos,  Francisco? ¿cómo van a ser herederos de las promesas los que rechazan al Verbo de Dios, si Él mismo les dice en Jn.8, 24: “ Si no creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados”; y en otro pasaje les dice que no tienen por padre a Abraham, sino al demonio? ¿Qué, pues,  significa la comunicación en lo sagrado del card. Bergoglio, cuando participó en la fiesta  de la Janucá judía o en sus rezos en la Sinagoga? Francisco y sus predecesores están enseñando que el Antiguo Pacto no fue abrogado, contra lo que dice infaliblemente la Santa Iglesia Católica “[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo (Concilio de Florencia DZz 1348). Doctrina confirmada siempre en la Iglesia:“Y en primer lugar, por la muerte de nuestro Redentor el Nuevo Testamento tomó el lugar de la antigua ley que había sido abolida…por su muerte Jesús dejó sin efecto la Ley con sus decretos [Ef. 02:15] … se establece el Nuevo Testamento en su sangre derramada por toda la raza humana.” A tal punto, por consiguiente, “dice San León Magno al hablar de la Cruz de nuestro Señor, se llevó a cabo la transferencia de la Ley al Evangelio, desde la sinagoga a la Iglesia, de muchos sacrificios a una sola Víctima, que, cuando nuestro Señor había expirado, se desgarró violentamente de arriba abajo el velo místico que cubría la parte más interna del templo y su secreto sagrado. En la cruz, murió la antigua ley; murió, para inmediatamente ser enterrada y ser portadora de muerte … “ (Papa Pío XII, Mystici Corporis Christi # ‘s 29-30, 29 de junio de 1943)

Pues bien, sean suficientes estas citas y gestos tan dolorosos, entre cientos que podría traer, de este último falso obispo de Roma y de sus más inmediatos predecesores  para exhibir las vergüenzas de quienes, en vez de llevar a las ovejas a verdes y tiernos pastos, las conducen a los abrojos de las peñas donde serán más fáciles presas del lobo sanguinario, y las abrevan, no en pozos de aguas cristalinas, sino en los charcos estancados y contaminados de ponzoña, predicando una doctrina que ya no es católica.

Parece, pues,  que según aseguran los antipapas Juan Pablo II, Benedicto XVI y Bergoglio, los judíos siguen hoy la Torá y a los Profetas, manteniendo su propia misión: Pero eso es un error de consecuencias gravísimas para los fieles católicos, porque los rabinos ni guardan ni se someten, en primer lugar, a Ley la de Moisés, como se demuestra por la lectura del Talmud, del cual vamos a hablar y a usar como fuente; y en segundo lugar, aunque de mayor calado, aunque así fuese, porque la Antigua Alianza fue abolida.

Tal vez se pregunte, si hasta aquí ha llegado, amable lector, qué es el Talmud. La presunta enseñanza oral transmitida por los rabinos es el Talmud. Esta vasta obra consta del Mischnat, el Gemarah y el Tosephot como partes principales, más las notas marginales del rabino Ascher llamado el Piske Tosephot y el Perusch Hamischnaoth de Maimonides. El Talmud completo contiene, pues 63 libros y 524 capítulos. Existen otros 4 tratados breves, pero que no han sido incluidos en el Talmud ordinario. Ahora bien, habiendo estado en desacuerdo los rabinos sobre la interpretación de muchas de sus partes, surgió la necesidad de un libro que ofreciera soluciones concisas; necesidad que satisfizo el rabino Joseph Caro (1488-1577) con su comentario Schulchan Arukh –‘La Mesa Preparada’-; pero como las costumbres de los judíos orientales diferían profundamente de los judíos occidentales, no sirvió para contentar a todos; por tal motivo el rabino Mosche Isserles escribió un comentario sobre ‘La Mesa Preparada’ bajo el título de Darkhe Mosche –El Camino de Moisés-, que tuvo la misma buena aceptación en Oriente y en Occidentes, el cual se usó durante siglos. Sin embargo, en la actualidad el Schulchan Arukh de Joseph Caro es el que se utiliza principalmente en los estudios.  Es muy difícil para los cristianos obtener una copia auténtica, ya que éstos suelen comprar, engañados, ediciones espurias que ocultan la mayor parte de las ofensas a Nuestro Señor escritas en él,  ofertados en las librerías «católicas», para más agravio.  Con brevedad expliquemos estas partes y cómo surgen.

Los judíos del Talmud, que no de la Antigua Alianza derogada por Dios, afirman que Moisés recibió de Dios, además de las Tablas de la Ley, también oralmente las interpretaciones de la misma. Esta interpretación oral no fue transmitida a Josué, pero si a Josías y al cabo del tiempo a la Gran Sinagoga, y luego a ciertos rabinos hasta que ya no fue posible retenerla más. En el siglo II después de J. C.N.S., viendo los judíos que esta ley oral se desvanecía, un rabino de nombre Jehuda recopiló todas las cartas y formó el primer Mischnat, es decir, fijó las presuntas leyes orales por escrito. Aceptado, al principio, por las academias de Babilonia y Palestina, con el correr del tiempo surgieron muchas divergencias. Estas polémicas y diferentes resoluciones escritas sobre el Mischnat pasaron a formar parte del Talmud, llamándoselas el Gemarah. Pero existe, en principio, un doble Talmud: el palestino cuyo Gemarah es obra de un solo autor y de contenido bastante vago y el babilónico, obra de varios rabinos durante distintas épocas, por lo que éste ha sido tenido en el más alto concepto por los judíos. Pues bien, al Gemarah le siguen ciertos agregados u opiniones de algunos rabinos posteriores que los usaron para explicar la Mischnat en los colegios, pasando también al Talmud y  se denominan Tosephot. Pero hubo también otros comentarios de doctores externos, es decir fuera de los colegios de enseñanza; estos comentarios se compilaron en sentencias breves y pasaron igualmente al Talmud, llamándoseles Piske Tosephot. El Talmud babilónico estaba casi terminado en el siglo VII después de Cristo, y casi nada se añadió durante 400 años, salvo algún relevante Tosephot al comienzo del siglo XI y sobre todo, casi al final de ese largo periodo, el Perusch Hamischnaoth de Maimonides.

Sea lo anterior suficiente para hacerse idea de la existencia de una creencia, extra bíblica, en una ley oral distinta de la Ley de Moisés, que ni Caudillos o Reyes, y ni siquiera los Profetas dieron testimonio alguno de conocerla, como los propios judíos afirman. Obviamente, en la plenitud de los tiempos, cuando vino el Mesías prometido, la religión estaba tan pervertida en manos de los escribas, saduceos y fariseos, y su corazón tan endurecido, que no quisieron reconocer al Prometido.

Por desgracia, se nos intenta convencer hoy de que los judíos actuales, aunque no han reconocido al Hijo de Dios, veneran  la Ley y los Profetas, es decir, se rigen por lo establecido en nuestro Antiguo Testamento. Nada más incierto y ninguna anestesia más poderosa que ésta para adormecer los débiles entendimientos de la mayoría de los católicos actuales.

Hay que destacar, pues, que esta vasta obra, El Talmud, se considera sagrada por los judíos y mucho más importante que las Sagradas Escrituras, según sus creencias, y que, incluso, dentro de aquélla ni siquiera la supuesta ley oral o Mischnah es la parte más venerada, sino los comentarios a ésta de los rabinos o Gemarah . No son delirios nuestros estas afirmaciones, pues  es el propio Talmud quien lo asegura. Así podemos leer en él:

“Aquellos que se dedican a leer la Biblia ejercitan una determinada virtud, pero no mucha; aquellos que estudian la Mischnach ejercitan una virtud por la que serán premiados; pero, no obstante, aquellos que se dedican a estudiar el Gemarah ejercitan la más grande de las virtudes”. (2).

La Sagrada Escritura se asemeja al agua, el Mischnah al vino, y el Gemarah al vino aromático” (3)

Esta siguiente cita es ya bastante más conocida para muchos estudiosos:

“Hijo mío, presta atención a las palabras de los escribas antes que a las palabras de la Ley” (4)

Para los judíos, la razón de esta inversión de la Revelación divina se encuentra, entre otros lugares, en lo que dice el Tratado de Shanedrín, X, 3, f. 88b, sentenciando: “aquél que quebranta las palabras de los escribas peca más gravemente que aquellos transgresores de las palabras de la Ley.

En el Tratado de Erublhin, f. 13b, donde consta que existió una grave diferencia de opiniones entre la escuela de Hilel y Schamai, se concluye para perplejidad de la inteligencia sana, que “Las palabras de ambos son las palabras del Viviente” . Es decir, que las palabras contradictorias de las dos escuelas son la Palabra de Dios; no forma, pues, parte de la Revelación de Dios la Sagrada Escritura, sino la vanidad de las opiniones humanas y vehementes de los rabinos, aunque unos se contradigan a los otros. Nada más alejado del concepto de Revelación que mantuvieron los Profetas del Antiguo Testamento, que es el mismo los católicos. Esta negación del objeto formal de la Revelación no mantiene ni los más elementales presupuestos filosóficos, aceptando en sus alocadas y extraviadas mentes hasta el principio de contradicción como argumento y desvariando, por lo tanto, hasta en el mismo objeto material.

Con mayor claridad aún, si cabe,  afirman en varios lugares más la supremacía del Talmud sobre las Sagradas Escrituras. No existe nada superior al Sagrado Talmud” (5)

Muchos fueron los papas que condenaron el Talmud. He aquí una breve lista de los Romanos Pontífices, que no pretende ser exhaustiva y que  sancionaron al Talmud por blasfemo contra Cristo y los cristianos: Gregorio IX, Inocencio IV, Julio III, Pío IV, Pio V, Gregorio XIII, Clemente VIII, Alejandro VII, Benedicto XIV, León XIII… Otra cosa no podían hacer, pues el mismo Logos Encarnado dijo a los judíos: «Si fuerais hijos de Abraham obraríais como él.; pero ahora queréis matarme a mí, al Hombre que os dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero vosotros obráis como vuestro padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios ».[¿no es lo mismo que dicen, por desgracia,  los antipapas Benedicto XVI, Juan Pablo II, Francisco. y el concilio V. II en los textos citados ‘ut supra’, y lo digo con profundo dolor?] «Jesús prosiguió: «Si Dios fuera vuestro Padre, vosotros me amaríais, porque yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió…vosotros [los judíos que no aceptan a Cristo] tenéis por padre al demonio y queréis cumplir los deseos de vuestro padre [matar al Hijo de Dios entonces, y hoy a su Cuerpo Místico la Iglesia]. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira” (S. Juan 8 39, ss). Y el Apóstol de los gentiles no cambia una tilde de la doctrina del Divino Maestro, diciéndoles a los de Tesalónica ..los judíos, los cuales no contentos con matar al Señor Jesús y a los profetas, también a nosotros nos persiguieron: que no agradan a Dios y son contrarios a todos los hombres … obstinados siempre en colmar la medida de sus pecados pero está para descargar sobre ellos la ira hasta el colmo”. (I Tesalonicenses 2:14-16)Y la Esposa Inmaculada de Cristo, fiel transmisora del depósito de la divina fe, ha sentenciado ex cathedra la misma doctrina, que debe ser creída como de fe divina definida: “[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, y empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento” (Decreto para los jacobitas -Concilio de Florencia –XII ecuménico-De la Bula Cantate Domino, de 4 de febrero de 1441, (fecha florentina) ó 1442 (actual), del Papa Eugenio IV DZ 1348).

Los defensores contemporáneos del Talmud se expresan sobre él de la misma manera que los judíos contemporáneos de Cristo que le rechazaron; y en nada se distinguen, pues,  de sus antepasados, sino en que ahora ostentan un poder capaz de orientar el mundo. Como nada tiene que ver Cristo con Belial, tampoco su Cuerpo Místico con la Sinagoga; así pues, no escuchéis a los falsos pastores, y guardad impoluta la fe de los Apóstoles, porque los hijos del diablo, no pueden ser ni hermanos mayores nuestros, y ni siquiera parientes lejanos.

Continuará, Dios mediante más adelante, denunciando las blasfemias contenidas en el Talmud contra Cristo, Vida nuestra, y su Santísima Madre, esperanza de todos nosotros pecadores.

(1) El Kahal es la forma suprema de organización judía. Es un centro gubernamental que coordina unidades representativas locales alrededor del mundo que a su vez se dividen en distritos llamadas kehillas

(2)Tratado de Baba Metsia, fol.33ª; El Talmud desenmascarado, pag. 22. El Talmud desenmascarado; Pranaitis, S. pestesburgo 1892; Ed Alpa Miami, pag.22

(3) Tratado Sophereim, XV,7, fol 13b; Ibid; pag.22

(4) Erubhin, f.21b. Ibid.

(5) Mizbeach (12) cap V.; Cf. Joan, Bustorf, Recensio operis Talmud, p. 225; ibid.

Sofronio