ORDO SUPPLENDI OMISSA SUPER ADULTUM BAPTIZATUM
Con el Ordo Supplendi Omissa super Adultum Baptizatum, que se encuentra en el Ritual Romano, se subsanan una serie de omisiones del reformado Rito del Bautismo en vigencia por imposición de Montini.
Siendo muchos, pues, los que habiendo sido bautizados con el nuevo rito no recibieron los exorcismos y unciones, algunos católicos han decidido de adultos beneficiarse de aquellos ritos que se omitieron en su bautismo, pues nacieron después de el año 1969; año en que se introdujo el nuevo rito, rompiendo con una tradición de siglos nunca interrumpida-.
En Cantabria, donde cada dos semanas celebra la Misa válida el P. Ramiro Ribas- verdadero sacerdote ordenado con el Rito tradicioonal por un obispo válido- una madre y su hijo, han querido recibir todos esos exorcismos y unciones que no recibieron siendo niños.
Las fotografías siguientes son un reportaje del rito celebrado. Las primeras fuera de la capilla, a las que siguen las propias realizadas en el interior, al que son conducidos sujetos a la estola del sacerdote.
FUERA DE LA CAPILLA
Suma Teológica III Qu.71. ARTíCULO 2 ¿Debe el exorcismo preceder al bautismo?
Objeciones por las que parece que el exorcismo no debe preceder al bautismo.
Objeciones: 1. El exorcismo está prescrito contra los energúmenos, o sea, contra los posesos. Pero no todos los bautizandos son eso. Luego el exorcismo no debe preceder al bautismo.
2. Todo el tiempo que el hombre permanece en pecado, el diablo tiene poder sobre él, como se dice en Jn 8,34: El que peca se hace esclavo del pecado. Pero el pecado se borra con el bautismo. Luego antes del bautismo no han de ser exorcizados los hombres.
3. El agua bendita fue introducida para frenar el poder de los demonios. Luego no era necesario aplicar para este fin otro remedio con los exorcismos.
Contra esto: dice el papa Celestino: Tanto los niños como los jóvenes que vienen al sacramento de la regeneración, no deben acercarse a la fuente de la vida antes que los exorcismos y las exudaciones de los clérigos hayan arrojado de ellos al espíritu inmundo.
Respondo: Todo el que se propone hacer sabiamente una cosa, quita primero los impedimentos de su acción, por lo que se dice en Jr 4,3: Cultivad el barbecho, y no sembréis entre cardos. Ahora bien, el diablo es enemigo de la salvación que el hombre alcanza por el bautismo, y tiene un cierto poder sobre el hombre por el mismo hecho de que éste se encuentra bajo el pecado original y también el personal. Por eso es conveniente que antes del bautismo se expulsen los demonios con el exorcismo, para que no impidan la salvación de los hombres. Esta expulsión está significada en la exufiación. Y la bendición, que tiene lugar con la imposición de manos, cierra al expulsado la vía de retorno. La sal que se le pone en la boca y la unción con saliva en narices y oídos significan: la recepción de la doctrina de la fe para los oídos, la aprobación para las narices, y la confesión para la boca. La unción con el óleo significa la capacitación del hombre para luchar contra el demonio.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Energúmenos equivale a interiormente activos, movidos por la influencia externa del diablo. Y aunque no todos los que se acercan al bautismo estén corporalmente atormentados por él, todos los no bautizados, sin embargo, están sometidos a su poder, aunque no sea más que como una consecuencia del pecado original.
2. La ablución bautismal sustrae el poder que el demonio tiene sobre el hombre para impedirle alcanzar la gloria. Pero los exorcismos sustraen el poder que el demonio tiene para impedir que el hombre reciba el sacramento.
3. El agua bendita sirve contra los asaltos externos del demonio. Mientras que el exorcismo se destina contra los asaltos internos. De ahí que se denominen energúmenos, o sea, como interiormente activos, a los que son exorcizados.
También podría decirse que, como el segundo remedio contra el pecado lo constituye la penitencia, ya que el bautismo no se puede repetir, así el segundo remedio contra las asechanzas del demonio lo constituye el agua bendita, ya que los exorcismos bautismales tampoco se pueden repetir.
EN LA CAPILLA
[EN LAS «CATACUMBAS» A LAS QUE NO HAN REDUCIDO LOS CONCILIARES]
Suma teológica. Q. 71 ARTíCULO 3
Los ritos del exorcismo, ¿producen algo o solamente significan?
Objeciones por las que parece que los ritos del exorcismo no producen nada y solamente significan.
Objeciones: 1. Si un niño muere después del exorcismo y antes del bautismo, no se salva.
Ahora bien, el efecto pretendido en los ritos sacramentales es que el hombre consiga la salvación, por lo que en Mc 16,16) se dice: El que creyere y se bautizare se salvará. Luego los ritos del exorcismo no producen nada, y solamente significan.
2. Como ya se ha dicho más arriba (III 62,1), para que una cosa se constituya en sacramento de la nueva ley solamente se requiere que sea signo y causa.
Luego, si los ritos practicados en el exorcismo producen algo, cada uno de ellos será un sacramento.
3. Como el exorcismo es una disposición para el bautismo, así un posible efecto del exorcismo dispondrá también para el efecto del bautismo. Ahora bien, la disposición precede necesariamente a la perfección de la forma, ya que la forma perfecta no se recibe más que en la materia dispuesta. Pero esto quiere decir que nadie podría conseguir el efecto del bautismo si previamente no ha recibido el exorcismo, lo que manifiestamente es falso. Luego los ritos del exorcismo no producen efecto alguno.
4. De la misma manera que los ritos del exorcismo son anteriores al bautismo, hay otros ritos que son posteriores a él, como la unción que el sacerdote hace al bautizado en la coronilla. Ahora bien, estos ritos posbautismales no parece que tengan eficacia alguna, ya que, de ser así, el efecto del bautismo no sería perfecto. Luego tampoco los ritos prebautismales del exorcismo.
Contra esto: dice San Agustín en su libro De Symbolo: Los niños son exufladosy exorcizados para que el poder hostil del demonio, que engañó al hombre, sea arrojado fuera de ellos. Ahora bien, la Iglesia no hace cosas sin sentido. Luego estas exufiaciones contribuyen a arrojar el poder del demonio.
Respondo: Algunos han dicho que los ritos del exorcismo no producen nada y que son sólo signos. Pero esto es manifiestamente falso, porque, en los exorcismos, la Iglesia emplea la forma imperativa del verbo para arrojar fuera la potestad del demonio, como cuando dice: Luego, maldito diablo, sal de él.
Por eso, tenemos que afirmar que producen algún efecto, aunque de diverso modo que el bautismo. Porque el bautismo otorga al hombre la gracia con la plena remisión de las culpas. Mientras que los ritos del exorcismo eliminan los dos obstáculos que impiden recibir la gracia salvífica. El primero es un obstáculo extrínseco, constituido por los intentos que hacen los demonios para impedir la salvación del hombre. Pues bien, este obstáculo se elimina por las exuflaciones, que, como consta en el texto citado de San Agustín, reprimen el poder del demonio para que no impida recibir el sacramento. Permanece, no obstante, en el hombre el poder del demonio por la mancha del pecado y la deuda de la pena hasta que el pecado sea borrado en el bautismo. De acuerdo con esto, dice San Cipriano: Has de saber que la maldad del demonio puede resistir hasta el momento de recibir el agua salvífica, pero en el bautismo perderá todo poder de dañar.
El otro, sin embargo, es un obstáculo intrínseco, y consiste en que el hombre, debido a la enfermedad del pecado original, tiene los sentidos embotados para percibir los misterios de la salvación. Por lo que Rábano Mauro, en De Institutione Clericorum, dice que con la saliva simbólica y el tacto de los sacerdotes, la sabiduría y el poder divinos operan la salvación en los catecúmenos, de tal manera que se abran sus narices para percibir el perfume del conocimiento de Dios, sus oídos para oír los preceptos divinos y sus sentidos más íntimos para responder.
A las objeciones:
Soluciones: 1. Los ritos del exorcismo no borran la culpa por la que el hombre es castigado después de la muerte, sino que solamente apartan los impedimentos para recibir, mediante el sacramento, la remisión de la culpa. Por eso, el exorcismo sin el bautismo no tiene valor después de la muerte.
Prepositino, no obstante, dice que los niños exorcizados y muertos sin el bautismo padecerán unas tinieblas menores. Pero esto no parece que pueda ser verdad, porque las tinieblas a que hace alusión son la carencia de la visión divina, que no admite más y menos.
2. Lo propio del sacramento es conferir el efecto principal, que es la gracia remisiva de la culpa o supletiva de algún defecto del hombre. Los ritos del exorcismo no producen este efecto, sino que solamente quitan los impedimentos para que se produzca. Luego no son sacramentos, sino sacramentales.
3. La disposición suficiente para recibir la gracia bautismal es la fe y la intención: propia, si el que se bautiza es un adulto; o de la Iglesia, si el que se bautiza es un niño. Pero los ritos del exorcismo se dirigen a remover los impedimentos. Luego sin ellos se puede conseguir el efecto del bautismo.
Sin embargo, no se deben omitir, si no es en caso de necesidad. Pero, una vez que ha pasado el peligro, se deben suplir para guardar la uniformidad en el bautismo. Y no se crea que esta suplencia es inútil, porque de la misma manera que se puede impedir el efecto del bautismo antes de recibirlo, también se puede impedir después de haberlo recibido.
4. Hay ritos posbautismales realizados en el bautismo que no solamente significan, sino que también producen. Es el caso, por ej., de la unción en la coronilla, que produce la conservación de la gracia bautismal. Otros ritos, sin embargo, no producen nada y solamente significan, como, por ej., el vestido blanco dado al bautizado para significar la nueva vida.
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