Cosmología tomista 4/18. Sistemas principales acerca del principio constitutivo de los cuerpos
Principios constitutivos de los cuerpos
Si a la ciencia pertenece investigar las causas de las cosas, cognitio rei per causam, nada más propio de la cosmología que la investigación de los primeros principios internos de los cuerpos que constituyen el mundo, después de haber demostrado en el capítulo anterior que Dios es su principio externo o causa eficiente. En nuestros días la filosofía, en medio de sus pretensiones de examinarlo todo y de saberlo todo, apenas se ocupa de este problema, que a pesar de su oscuridad y dificultad, es uno de los más importantes de la filosofía. Éste es uno de los caracteres que distinguen a la filosofía de nuestros días, y revelan insuficiencia y superficialidad. Ocupada casi siempre en sacar el mundo de la sustancia divina, y trabajando por convertir al hombre en Dios, no se cuida de averiguar la naturaleza íntima, ni los elementos que componen y distinguen las sustancias materiales que le rodean. [181]
Artículo
Sistemas principales acerca de los principios constitutivos de los cuerpos.
A cuatro pueden reducirse estos sistemas, que son:
A) El sistema atomístico, profesado en la antigüedad por Leucipo, Demócrito, Epicuro y generalmente por la escuela jonia, y resucitado en los tiempos modernos por Descartes, Gassendi, Newton y otros. Según este sistema,
a) Los cuerpos constan o se componen de ciertos corpúsculos diminutos, a los cuales sus defensores atribuyen diferentes caracteres en orden a figura, extensión y movimiento, y que son apellidados también moléculas, partículas, y más generalmente átomos, aunque éstos hoy son considerados como los elementos de las moléculas. Para los antiguos atomistas, los átomos eran eternos y formaban el mundo a fuerza de moverse y chocarse al acaso. Los modernos conceden que son creados por Dios, solo que unos, como Descartes, no admiten en ellos más que tres géneros de figura: otros, como Gassendi, les conceden innumerables figuras, y Newton, por su parte, les concede indeterminadamente las figuras que sean necesarias, exigiendo además que tengan cierta magnitud, que tengan dureza, impenetrabilidad, movilidad, &c.
b) Las diferencias de los cuerpos son el resultado de la diversa combinación y orden de estos átomos, por manera que todas las mutaciones que en ellos observamos son el resultado y la expresión de una distribución o disposición nueva de los átomos primitivos.
B) El sistema dinámico, según el cual los principios de los cuerpos son ciertas sustancias simples, o inextensas e indivisibles, dotadas de ciertas fuerzas esenciales a las mismas, [182] fuerzas que los partidarios de este sistema, entre los que se cuentan Leibnitz y Kant, señalan y explican cada cual a su manera.
El principal representante de este sistema es Boscovich, según el cual
a) Los cuerpos están formados de elementos o sustancias finitas en número, pero simples e inextensas.
b) Estos elementos, no están dotados de conocimiento y apetito, como pretendía Leibnitz, sino de la doble fuerza atractiva y repulsiva, por medio de las cuales se acercan unos a otros, pero sin llegar a tocarse, de manera que entre unos y otros quedan vacíos ciertos pequeños espacios.
c) Los elementos simples e inextensos, en unión con dichos espacios vacíos, constituyen los diferentes cuerpos de la naturaleza, y son además el origen de la extensión física de los mismos.
C) El sistema atomístico-dinámico, se denomina así, porque trata de conciliar los dos anteriores.
a) Admite la existencia de ciertos cuerpos simples con simplicidad impropia, en cuanto sólo pueden dividirse en partes similares y homogéneas, a diferencia de los cuerpos mixtos que se dividen en partes o elementos disimilares o heterogéneos. Estas moléculas homogéneas son los átomos o elementos primitivos de los cuerpos, cuyas diferencias resultan de la combinación y mezcla variable de estos cuerpos simples.
b) Los cuerpos simples están dotados de una fuerza de cohesión, por medio de la cual las moléculas de un mismo cuerpo simple, por ejemplo, el oxígeno, se mantienen unidas, y otra fuerza de afinidad, por medio de la cual las moléculas o partes de diferentes cuerpos simples, como las del oxígeno e hidrógeno, tienden a unirse y perseverar unidas. De donde resulta, que en los cuerpos simples sólo se manifiesta la fuerza de cohesión, pero en los compuestos se manifiestan las dos.
D) Sistema artistotélico-escolástico.
Vamos a exponer con alguna detención este sistema, que [183] también puede apellidarse de la materia y de la forma, ya porque observamos gran confusión de ideas y notable ignorancia acerca de él por parte de los filósofos y escritores de nuestros días, ya porque lo consideramos como el más probable y racional.
a) Siendo cierto, por una parte, que los cuerpos de la naturaleza experimentan mutaciones, no sólo accidentales, sino también sustanciales, puesto que la razón, la experiencia y el sentido común enseñan que cuando nace un caballo o una planta, comienza a existir una sustancia nueva, distinta de otras, no sólo en los accidentes, sino en la esencia o naturaleza propia; y siendo también cierto que estas nuevas sustancias no son producidas por creación, y que tampoco hay creación de una nueva materia en el mundo, es preciso admitir algún sujeto común de estas mutaciones sustanciales, toda vez que no se concibe mutación sin un sujeto en el cual se realice el tránsito de un estado a otro, de una forma a otra.
b) Luego el sujeto de estas mutaciones sustanciales: 1º debe ser real, porque la nada no puede ser sujeto de mutación: 2º debe ser algo sustancial, es decir, perteneciente al orden de los seres sustanciales, porque un accidente no puede ser sujeto, y mucho menos sujeto de mutación sustancial: 3º debe ser una realidad incompleta y potencial,puesto que si fuera sustancia completa y actual, ya no sería sujeto capaz o apto para recibir la forma o ser de sustancia.
c) Luego el sujeto de las mutaciones sustanciales puede definirse: Una realidad sustancial e incompleta que no tiene de sí ninguna actualidad o forma, pero que es capaz de recibir todas las formas o determinaciones sustanciales. Este sujeto general de las mutaciones sustanciales, que va incluido en el fondo y la esencia de todas las sustancias materiales, como substratum general de las mismas, como parte constitutiva de su esencia, y que por sí mismo y de sí mismo no encierra ninguna actualidad o determinación, sino la mera capacidad o potencia para ser determinado y actuado por una forma sustancial, y constituir con ella la sustancia A o B, es lo que [184] se llama, en lenguaje escolástico, materia prima; y dícese prima, primera, para que no se confunda con el sujeto de las mutaciones accidentales, que no es la potencia de la sustancia, sino una sustancia actual y determinada, la cual, por lo mismo, solo puede denominarse materia segunda.
d) La materia prima, considerada en sí misma con abstracción de todo lo que no es ella, no incluye actualmente ninguna forma, sino que está indiferente para todas. Y de aquí se colige que la materia no existe, ni puede existir en el estado de materia prima; porque toda sustancia que existe, tiene una forma y una esencia actuales y determinadas. Así es que la materia prima se debe concebir, y es, en efecto, una realidad o entidad positiva, una parte esencial de las sustancias particulares, pero que nunca existe por sí sola, o separada de alguna forma sustancial, a la manera que el cuerpo tiene indiferencia y capacidad para todas las figuras, pero no puede existir sin tener alguna determinada.
e) Si concebimos la materia prima en el instante en que recibe la forma sustancial, debemos concebirla como privada de toda forma; pues es claro que cuando se engendra un caballo, las fuerzas o causas eficientes que disponen la materia para introducir o determinar en ella la nueva forma sustancial, llegan a un instante en que desaparece la forma preexistente en la materia para dar lugar a la nueva. La razón de esto es que una sustancia no puede tener a un mismo tiempo dos formas sustanciales, toda vez que en esta hipótesis no sería una sustancia, sino dos. Por aquí es fácil comprender, por qué decían los antiguos que la corrupción de una cosa (material) es la generación de otra, y viceversa: Corruptio unius, generatio alterius; y por qué decían también que la privación es principio de los cuerpos in fieri, pero no in facto esse. Es principio in fieri,porque en la elaboración sucesiva que hace la naturaleza para producir una nueva sustancia, o sea una mutación sustancial en un cuerpo, se llega a un instante en que la materia pierde la forma sustancial que tenía para recibir otra nueva, y por consiguiente, la privación o carencia de toda forma precede, con prioridad de orden y [185] naturaleza, a la existencia y unión con la materia de la nueva forma sustancial. Empero, una vez verificada la unión de la nueva forma sustancial con la materia, de la cual resulta la nueva sustancia, sólo quedan o existen en ésta la materia y la forma, y no la privación de ésta. Y esto es lo que querían significar los Escolásticos cuando decían que los principios esenciales de la sustancia material in facto esse, es decir, considerada después de producida, son dos solamente, la materia y la forma; pero considerada in fieri, es decir, en el instante en que se verifica el cambio de la forma sustancial, son tres, la materia, la privación y la forma; porque no puede haber recepción de nueva forma sustancial en la materia, sin que ésta se conciba privada de la que tenía anteriormente. En otros términos: en la mutación sustancial, la materia prima es el sujeto que se muda o que pasa de una forma a otra: la privación de forma sustancial, es el término a quo de esta mutación; y la forma sustancial es el término ad quem.
f) Así como en la mutación accidental, v. gr., cuando de un trozo de madera se hace una estatua, además de la madera, que es el sujeto del cual se hace la estatua, se necesita algo que determine y actúe la madera, indiferente por sí misma para ser estatua o mesa, así también en la mutación sustancial se necesita algo que actuando la materia prima,la determine a ser la sustancia A y no la sustancia B. Y éste algo, ésta realidad que determina y actúa la indiferencia y la potencialidad de la materia, es lo que se llama forma sustancial, porque es un elemento esencial y constitutivo de la sustancia material.
g) Es, pues, la forma sustancial: Una realidad o entidad sustancial, pero incompleta, primer determinante y actuante de la materia prima, de cuya unión íntima con ésta resulta una sustancia determinada y completa. Es una realidad; porque la nada no puede actuar ni determinar nada. Es sustancial; ya porque es el principio formal, constitutivo y distintivo de cada sustancia, ya porque si fuera algo accidental, presupondría la sustancia ya constituida y existente, y lo que aquí se [186] busca y señala son los principios de las sustancias corpóreas y no de los accidentes. Se dice incompleta; ya porque presupone la materia como con-principio, ya porque la sustancia completa o existente por sí, no es principio actuante ni determinante, sino una cosa actuada ya y determinada.
h) De esta definición se infiere: 1º que es propio de la forma sustancial constituir la esencia de la cosa, dándole el ser sustancial, esse simpliciter, primario y fundamental; a diferencia de la forma accidental, que sólo da el esse secundum quid, como el ser docto, virtuoso, &c., lo cual presupone el ser sustancial, primario y esencial, comunicado ya al sujeto por la forma sustancial, y que hace que sea la sustancia específica A o B: 2º que las formas sustanciales puras, o que no pueden existir sino en unión con la materia, como la forma de una planta, de un animal, de un mineral, no son producidas por creación, pues si se trata de las primeras sustancias de cada especie, sus formas fueron, no creadas, sino concreadas con la sustancia o naturaleza de que forman parte, y si se trata de las sustancias que se engendran de nuevo, sus formas sustanciales son producidas por una acción sui generis, apellidada, no sin razón, por los antiguos educción de la potencia de la materia: educuntur ex potentia materiae.
Para formarse idea de este modo de producción, bastaría reflexionar que así como la figura de César está contenida potencialmente en el mármol, y el artífice, operando sobre éste, la reduce del estado de potencia al de acto, así también las fuerzas varias y poderosas de la naturaleza, operando sobre la materia que está en potencia para varias formas sustanciales, saca de ella una forma sustancial, obrando sobre ella y actuándola en sentido determinado, como resulta la representación o figura de César en el mármol, en virtud de la actuación producida en éste mediante la operación del artífice.
i) En relación con esta doctrina se deberá decir que cuando hay producción de una nueva sustancia, como de una planta, producción que los antiguos denominaban generación [187] sustancial para distinguirla de la creación y también de la alteración o producción accidental, el término total, terminus qui, de esta generación, es la sustancia completa, o sea el supuesto que comienza a existir; pero el término parcial, terminus quo, es la forma sustancial, porque es aquello con lo cual se constituye el ser y la naturaleza propia de dicho supuesto o nueva sustancia subsistente. En otros términos: el supuesto o la sustancia singular, el vegetal A es el término total, el término qui de la generación, porque es la cosa que es producida y que recibe la existencia: la forma sustancial, es el término parcial, el termino quo, porque es la cosa con la que se verifica la producción y con la que se constituye el ser propio del vegetal, como sustancia nueva y distinta de las demás.
j) Como la materia prima y la forma sustancial son entidades esencialmente incompletas, de su unión resulta una sustancia completa, una esencia y un supuesto; lo cual no podría suceder si alguna de ellas fuera ya sustancia completa o capaz de existir por sí sola. En este sentido se dice con verdad, que de la unión de la forma con la materia resulta unum simpliciter, una sustancia que no es ni la materia, ni la forma, sino una tercera realidad, tertium quid, una esencia sui generis, que sin tener ni la materia sola, ni la forma sola, participa de las dos. [188]
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