Pablo VI favoreció el control de la natalidad mediante la denominada “Planificación Familiar Natural” (PFN), que en últimas viene a tener la misma finalidad que los anticonceptivos artificiales: evitar deliberadamente la concepción cuando se realiza el acto conyugal, lo que Santo Tomás de Aquino considera pecado mortal:

Pero primero veamos algunas citas de Montini ( Pablo Vi) elogiando y promoviendo tal práctica, incluso en la tan aclamada Humae Vitae:

  •  Pablo VI, Discurso con motivo del 25º aniversario de la FAO, 16 de noviembre de 1970: “…esto, entre otros efectos, sin duda favorecerá un control racional de la natalidad por parte de las parejas…”.
  •  Pablo VI, Discurso en la apertura de la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, 24 de agosto de 1968: “Esta norma [Humánæ Vitæ] no constituye una ciega carrera hacia la superpoblación; ni disminuye la responsabilidad ni la libertad de los cónyuges, a quienes no prohíbe una honesta y razonable limitación de la natalidad, ni impide las terapéuticas legítimas ni el progreso de las investigaciones cientificas”.
  • Pablo VI, Humánæ Vitæ, #16, 25 de julio de 1968: “Es verdad que tanto en uno como en otro caso, los cónyuges están de acuerdo en la voluntad positiva de evitar la prole por razones plausibles, buscando la seguridad de que no se seguirá” (de donde se colige que las parejas son perfectamente libres de no tener hijos si no lo desean).
  • Pablo VI, Populórum progréssio, #37, 26 de marzo de 1967: “Al fin y al cabo es a los padres a los que toca decidir, con pleno conocimiento de causa, el número de sus hijos, aceptando sus responsabilidades ante Dios, ante ellos mismos, ante los hijos que ya han traído al mundo y ante la comunidad a la que pertenecen, siguiendo las exigencias de su conciencia, instruida por la ley de Dios auténticamente interpretada y sostenida por la confianza en él”.

La PNF, al igual que los demás anticonceptivos, representa el rechazo de la primera finalidad del matrimonio (la procreación y la educación de los hijos), y ha sido condenada por la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio Legítimo de la Iglesia:

  • Génesis 38, 8-10: “Entonces dijo Judá a Onán: Entra a la mujer de tu hermano [que había muerto], tómala, como cuñado que eres, para suscitar prole a tu hermano. Pero Onán, sabiendo que la prole no sería suya, cuando entraba a la [ex] mujer de su hermano se derramaba en tierra para no dar prole a su hermano. Era malo a los ojos de Dios lo que hacía Onán, y le mató también a él”.
  • Tobías 6, 17: “[Dijo el ángel a Tobías]: Los que abrazan con tal disposición el matrimonio, que apartan de sí y de su mente a Dios, entregándose a su pasión, como el caballo y el mulo que no tienen entendimiento; ésos son sobre quienes tiene poder el demonio. Mas tú, cuando la hubieres tomado por esposa, entrando en el aposento, no llegarás a ella en tres días, y no te ocuparás en otra cosa sino en hacer oración en compañía de ella. … Pasada la tercera noche, te juntarás con la doncella, en el temor del Señor, llevado más bien del deseo de tener hijos, que de la concupiscencia…”.
  • 1 Timoteo 2, 15: “Verdad es que [la mujer] se salvará por medio de la buena crianza de los hijos, si persevera en la fe y en la caridad, en santa y arreglada vida”.
  • San Agustín, De las costumbres de los maniqueos, libro segundo, #65: “No contentos solamente con la condenación de la unión de los sexos, realizáis también la profecía del Apóstol reprobando las nupcias, única y honesta justificación de la unión carnal. […] De donde se sigue que, si vosotros pretendéis tener una mujer, no es para engendrar hijos, sino para satisfacer la concupiscencia. Pero el matrimonio, según las leyes nupciales, es la unión de un hombre y de una mujer con el fin de engendrar hijos; y a cualquiera que le parezca mayor crimen la generación que la unión, por esto mismo prohíbe las nupcias: hace de la mujer, más bien que esposa, una prostituta, que por regalos se entrega al hombre para satisfacción de su concupiscencia. Allí donde la mujer es esposa, allí hay matrimonio; pero no hay matrimonio donde se impide la maternidad; allí no hay esposa”.
  • San Agustín, Del matrimonio y la concupiscencia, libro primero, #17: “A veces llega a tanto esta libidinosa crueldad o, si se quiere, libido cruel, que emplean drogas esterilizantes, y, si éstas resultan ineficaces, matan en el seno materno el feto concebido y lo arrojan fuera, prefiriendo que su prole se desvanezca antes de tener vida, o, si ya vivía en el útero, matarla antes de que nazca. Lo repito: si ambos son así, no son cónyuges, y, si se juntaron desde el principio con tal intención, no han celebrado un matrimonio, sino que han pactado un concubinato. Si los dos no son así, digo sin miedo que o ella es una prostituta del varón o él es un adúltero de la mujer”.
  • San Agustín, De las uniones adulterinas, libro segundo, cap. XII: “Porque ilícita e impúdicamente yace, aun con su legítima mujer, el que evita la concepción de la prole. Que es lo que hizo Onán, hijo de Judá, por lo cual Dios le quitó la vida (cf. Gen. 38, 8-10)”.
  • San Cesáreo de Arlés, Advertencia a los que, teniendo esposa, no se sonrojan de cometer adulterio: “No le aprovecha el nombre de Cristiano a quien no solo no cumple lo que el Señor le ordena, sino también a quien perpetra el mal contra sus preceptos. Cada vez que él se une a su esposa sin un deseo de tener hijos… sin lugar a dudas que comete pecado”.
  • San Cesáreo de Arlés, Sermón 54: “Ninguna mujer debe absorber drogas para provocarse un aborto, ni matar a sus hijos que van a nacer o ya han nacido, pues la que esto hace, sepa que tendrá que debatirse ante el tribunal de Cristo con aquellos que haya matado. Ni tampoco deben absorber mezcla diabólica que las haga incapaces de concebir posteriormente. Toda mujer que haga esto sepa que se hace culpable de tantos asesinatos cuantos hijos hubiese podido dar a luz
  • Santo Tomás de Aquino, Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo, Sentencia IV, distinción 32, al inicio: “El uso contra la naturaleza del matrimonio es siempre pecado mortal, pues los hijos no pueden ser engendrados y se frustra totalmente la intención de la naturaleza”.
  • Santo Tomás de Aquino, Suma contra los gentiles, libro tercero, cap. CXXII: “Después del pecado del homicidio, por el que la naturaleza humana ya existente queda destruida, el pecado más grave es el de impedir que sea engendrada una nueva naturaleza humana”.
  • Beato Inocencio XI, Decreto contra el laxismo moral, 2 de marzo de 1679: “La proposición 9: El acto del matrimonio, practicado por el solo placer, carece absolutamente de toda culpa y de defecto venial – Condenada y prohibida, tal como está, por lo menos como escandalosa y perniciosa en la práctica”.
  • Suprema Congregación del Santo Oficio, Decreto del 21 de mayo de 1851: “1º La proposición: Es lícito a los cónyuges usar del matrimonio, por razones honestas, con el uso de Onán (Gen 38, 8 ss.) – Escandalosa, errónea y contraria al derecho natural del matrimonio. 2º La proposición: Es probable que este uso del matrimonio no esté prohibido por el derecho natural – Escandalosa, y entre otras implícitamente condenada por Inocencio XI (Decreto del 2 de marzo de 1679, proposición 49)”.
  • A una madre de muchos hijos, que estaba a punto de ser madre una vez más y que estaba angustiada por su avanzada edad, San Juan Vianney le dijo: “¡Consuélate, hija mía, si supieras de esas mujeres que se van al Infierno porque no trajeron al mundo esos niños que debían haber nacido!”.
  • Papa Pío XI, Casti connúbii, #20, 31 de diciembre de 1930: “Ningún motivo, sin embargo, aun cuando sea gravísimo, puede hacer que lo que va intrínsecamente contra la naturaleza sea honesto y conforme a la misma naturaleza; y estando destinado el acto conyugal, por su misma naturaleza, a la generación de los hijos, los que en el ejercicio del mismo lo destituyen adrede de su naturaleza y virtud, obran contra la naturaleza y cometen una acción torpe e intrínsecamente deshonesta”.

Los textos son una selección libre tomada de José Luis Rondón Santos

¿ Cómo puede ser un verdadero Papa y,además,  canonizado quien promueve el pecado mortal?