Lógica general 3/19. De las partes de la oración.
De las partes de la oración
Hemos dicho antes que las dos partes de que consta la gramática general o filosofía del lenguaje son, la lexicología, que trata de las partes de la oración en particular y tomadas aisladamente, y la sintaxis, que trata de la unión, dependencia y colocación de las palabras en la oración como expresión del pensamiento. Por eso esta parte de la gramática trata de la concordancia, régimen y construcción, siendo la más importante la construcción, porque es la más universal y la que se encuentra con mayor regularidad en todas las lenguas. Ya hemos dicho que omitimos la sintaxis, porque su relación con la Lógica es menos importante y directa que la de la lexicología.
La oración, en general, es la expresión oral del pensamiento, según algunos; pero esta definición parece inexacta, puesto que puede aplicarse a las partes de la oración, como sucede en el nombre. Más exacta y propia nos parece la que solían dar los Escolásticos: «voz o palabra articulada, cuyas partes significan algo tomadas aisladamente:» vox ad placitum significativa, cujus partes separatim aliquid significant. En efecto: en esta oración: «Pedro es prudente», cada una de las partes significa o expresa algún pensamiento, algún concepto o modificación del mismo. Por el contrario, las partes o sílabas de los nombres que componen dicha oración nada significan por sí solas y como tales. Los Escolásticos decían también, no sin razón, que la significación de la oración puede verificarse, o a modo de afirmación y negación (per [27] modum affirmationis et negationis) como en esta: Pedro discurre; o a modo de simple dicción (tamquam simplex dictio), como si decimos: Dios omnipotente.
En nuestra lengua las partes de la oración gramatical son nueve: nombre, pronombre, verbo, participio, artículo, preposición, adverbio, conjunción, interjección. Estas partes varían con los diferentes idiomas: pues mientras el hebreo y el árabe solo consta de tres, que son nombre, dicción y verbo, el latín admite ocho y el griego diez. Las partes que deben apellidarse necesarias y esenciales en la oración gramatical son el nombre y el verbo; con ellas se puede expresar el juicio, que es la manifestación propia y perfecta del entendimiento, y corresponden al doble elemento que entra en la constitución del mismo, pues mientras el nombre corresponde al elemento objetivo del juicio, el verbo corresponde al elemento subjetivo. De aquí procede que mientras las demás partes varían con los idiomas, el nombre y el verbo son partes de la oración gramatical en todas las lenguas. Dejando el nombre y el verbo para tratar de ellos con más detención en artículos especiales, daremos aquí alguna ligera noción de las otras partes de la oración.
a) Pronombre es aquella parte de la oración que se pone en lugar del nombre, bien sea para evitar la repetición de éste, bien para dar concisión y claridad a la misma. Generalmente expresa la relación de las personas agentes o pacientes que entran en la oración. Pueden ser personales, relativos, posesivos y demostrativos. Los posesivos, como mío, tuyo, nuestro, &c., y también los demostrativos, como este, aquellos, esos, &c., son en realidad verdaderos nombres adjetivos.
b) Participio es aquella parte de la oración que expresa la situación activa o pasiva de alguna cosa acompañada de alguna circunstancia o modificación del tiempo. Se llama participio, porque es un nombre que participa de las propiedades del verbo en cuanto que incluye la connotación y significación del tiempo incluido en aquel, y también porque se deriva de algún verbo.
c) Artículo es aquella parte de la oración que sirve para [28] determinar la extensión y el género de los nombres apelativos y universales. Suele dividirse en numeral, posesivo y demostrativo. Además, puede ser o especificativo, que sirve para determinar la especie; o individuativo, que sirve para determinar los individuos. Este último, si significa los individuos sin determinarlos, como cuando se dice: «leí algunos libros» se llama indefinido: si determina los individuos por su pertenencia, situación, número, &c., como si se dice: «he leído tus gramáticas», entonces se llama definido o determinado.
d) Preposición es aquella parte de la oración cuyo oficio es representar y expresar las diferentes relaciones que pueden existir entre los términos o ideas que entran en la indicada oración gramatical. Como éstas relaciones son muy numerosas y variadas, no es posible que haya tantas preposiciones como relaciones; y de aquí el que una misma preposición sirva para expresar diferentes relaciones que se reconocen por los antecedentes, consiguientes y sentido de la oración. Las principales preposiciones son las de tiempo, de orden, de lugar, de situación, de distancia, de fin, de medio, de unión, de separación, de posesión, &c.
e) Adverbio, que literalmente significa junto al verbo, como palabra compuesta de ad y de verbum, denota aquella parte de la oración que sirve para expresar una idea determinada, pero modificándola al propio tiempo. Ordinariamente modifica la atribución del verbo; pero también puede modificar otras partes de la oración que tengan carácter atributivo. Así es que el adverbio considerado en sí mismo y en su valor ideológico, puede resolverse en un nombre con una preposición. Los principales son los de tiempo, de lugar, de orden, de modo.
f) Conjunción es aquella parte de la oración que representa la relación entre dos juicios y expresa la relación entre dos o más proposiciones. De aquí se deduce que el oficio de la conjunción en la oración gramatical es unir o juntar dos o más proposiciones que representan y expresan un pensamiento completo.
g) Interjección es aquella parte de la oración cuyo objeto [29] propio es representar y expresar las afecciones internas del alma, y esto generalmente, según que esas afecciones, sensaciones y sentimientos incluyen cierto grado de vehemencia. Se llama interjección (interjectum, arrojado entre), porque es una palabra que se arroja entre las demás, sin ligarse o relacionarse con ellas como partes de la oración gramatical. Las interjecciones suelen constar de pocas sílabas y no son muy numerosas, consideradas como sonidos articulados; pero puede decirse que se multiplican indefinidamente según el modo y accidentes de expresión que pueden acompañarlas, como son la mayor o menor rapidez con que se pronuncian, la mayor o menor fuerza, los diferentes grados y modos de entonación, las modificaciones del semblante, actitud del cuerpo, movimiento de los miembros.
Toda esta filosofía es fundamento de la Suma Teológica de Santo Tomás, que puede encontrar resumida, en tan sólo 338 páginas en el Catecismo de la Suma Teológica que puede adquirir aquí mismo.
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