Vocaciones
Quizá para usted, amable visitante de esta página , que está buscando cómo vivir la fe católica sin concesiones, ha llegado la hora de efectuar el avance decisivo; tal vez sea la hora de sacudir el funesto letargo…, y repetir hoy con el Apóstol: es hora ya de que despertemos de nuestro sueño…; «hay que renovar al mundo entero desde sus fundamentos, hay que transformarlo de salvaje en humano, de humano en divino, es decir, según el corazón de Dios».
Es probable que se pregunte ¿dónde preservaré la fe, si casi todas las congregaciones, asociaciones, cofradías, etc., han devenido en el liberalismo, y al fin, en el modernismo? ¿ quién me ayudará a llegar a los verdes pastos de nuestro Señor Jesucristo, si todos los documentos modernos están preñados de errores contrarios al perenne Magisterio de la Iglesia hasta 1962? ¿ cómo arribaré a la verdadera doctrina católica que exhalaban los escritos de los santos doctores de la Iglesia? ¿ cómo vendré a beber de las verdaderas fuentes de la espiritualidad católica de los más eximios místicos aprobados por la Iglesia en medio de tanto subjetivismo, sentimentalismo, y de tantos engaños? ¿dónde recibiré los verdaderos sacramentos de la Iglesia: La única Misa católica de rito latino, la Confesión, etc., sin contaminarse de doctrinas que atacan la fe católica, sin la cual nadie puede salvarse? ¿ o, cómo se comportaban los verdaderos católicos en los tiempos en que casi todos los obispos cayeron en herejía – arrianismo, monotelismo, juramentados…? ¿cómo afianzar los lazos de caridad con el pusillux gres, el resto pequeño y fiel, que mantiene inviolable la fe católica, por la sola gracia de Dios?…, si así fuere, amable visitante de esta página, queremos que sepa que acoger a los que se preguntan y buscan la Verdad, es la razón de la erección de esta Pía Unión Sapientiae Sedei Filii, la cual le ofrece, en síntesis, una Regla adaptada a su estado: seglar, religioso, clérigo, joven o anciano, hombre o mujer:
- Formar parte de una Pía Unión que reza el Breviario tradicional en comunidad, incluso usando de los medios de comunicación, o solos; que tiene como legítimo sacrificio sólo la Misa tradicional para los católicos de rito latino; que se acoge a todas las enseñanzas de la tradición de la Iglesia y rechaza todas las novedades que la contradicen.
- Formar parte de una comunidad que le ofrece la posibilidad de una formación teológica tomista, según el método escolástico.
- Formar parte de una comunidad cuya espiritualidad está fundamentada en los doctores de la Iglesia: San Juan de la Cruz, San Francisco de Sales, San Alfonso María de Ligorio, etc.
- Formar parte de una comunidad cuya vocación consiste, a la vez, en la evangelización y enseñanza a católicos atrapados en las falsas doctrinas que se proclaman en los púlpitos modernos contra las enseñanzas ex cáthedra de Papas y Concilios verdaderos; a católicos con escasa o nula formación, a no practicantes y paganos.
- Y mucho más.
Si ha llegado, amable visitante, hasta aquí, es probable que sienta interés por conocer más en profundidad nuestra Regla. En tal caso, no dude en remitirnos el formulario que verá más abajo y nos pondremos en contacto con usted y, si es el caso, le haremos llegar una Regla impresa a su domicilio para que la puede meditarla en oración y conocer si Dios le llama a la perfección cristiana mediante esta vía, teniendo en cuenta que serán atendidas sus dudas y recibido con todo nuestro corazón.
Permítanos terminar con estas palabras:
«Ojalá escuchéis hoy su voz; no endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto» Aprovechad, amables lectores, mientras os quede un hálito de vida el tiempo que Dios os concede, mientras haya en vosotros un poco de luz para que no os sorprendan las tinieblas; pues, por no haber seguido aquella luz que alumbra las almas para que conozcan lo verdadero y lo justo, quedaron excluidos del número de los hijos de la luz los que la rechazaron, mientras eternamente viven los que la acogieron. Sea, pues, el camino que elija, siempre y únicamente para Gloria de Dios.
La mies es mucha, pero los obreros son pocos.
Gratia et pax Christi tecum