LIENART. SACERDOTE DEL «BUEN PRINCIPIO HEMARFRODITA, SACRIFICADOR DE LUCIFER»
Del libro de Monseñor Leon Meurin: «Simbolismo de la Masonería», tomamos la descripción detallada del rito escocés del grado 30, a la que nuestro «amigo» belga, Lienart, ya había sido elevado en 1924, 5 años antes de que se llamará “obispo”. La lectura obviamente no es simple ni fácil, debido a las numerosas citas de carácter kabbalístico, esotérico, iniciático, pero … en cualquier caso, hay una idea comprensible para toda la «materia». (El libro se puede descargar aquí)
GRADO 30. La Tercera Sephiralt. La inteligencia.— EL GRAN ELEGIDO, Caballero Kadoscb, Iniciado Perfecto, CABALLERO DEL AGUILA BLANCA Y NEGRA.
Después de su moralización, o más bien desmoralización satánica, resta aún al hombre judaizado y satanizado ser recibido en los grados más misteriosos que la Sinagoga de Satán ha querido abrir a los Goint, las «langostas» de la generación de hiel. Aquí nos será más difícil hallar el hilo cabalístico que hasta ahora nos ha guiado, porque no se nos revela con la misma claridad que en los grados anteriores.
El grado 30 que corresponde a la Sephirath inteligencia debe tener relación con los grados 8 y 19, igualmente calcados del 3 de tos Sephiroth Superiores.
En el grado 8 vemos el triángulo invertido con las tres letras Ja, Je, Ji, ‘que se hace admirar al neófito, invitándole «a combatir la intelectualidad por orden» es decir, la Sanla Fe. En el grado se 19 refiere la historia del asalto del ejército de Eblis contra la Jerusalén Celeste. En el grado 30 se libra abiertamente la batalla contra el Adonai de la Biblia, es decir, el Dios de los cristianos. El hombre judaico-politico formado ,ya moralmente por el segundo trío kabalistico es ahora armado contra Dios.
Absorto en las revelaciones que se le hacen sobre la Orden caída de los Templarios y sobre la venganza terrible que la Masoneria se ha impuesto a causa de la supresión de esta Orden, el candidato apenas tiene tiempo para reflexionar sobre la importancia de tu parte de ceremonial que se practica en la Cámara Blanca.
El Gran Maestre le hace oir desde lejos, que, «nadie puede esperar ser introducido en el Aerópago de los Caballeros Radosch, sin haber ofrecido sacrificios al objeto dé su culto». El cortesano de la Majestad infernal, tras haberse sometido a Lucifer y haber adorado de rodillas su imagen, recibe en el grado 30 orden de adorarle y de ofrecerle arrodillado el sacrificio del incienso perfumado. En El «Santuario de los Kadosch, o Cámara Blanca, iluminado por una luz azulada y macabra de espíritu divino, se ve por encima del altar un inmenso triángulo invertido de cuyo vértice hállase suspendida un águila de tamaño natural, bicéfala, mitad blanca y mitad negra, que tiene las alas desplegada y una espada en las garras. El gran sacrificador está sólo en la Cámara, sentado ante el altar y pregunta al introductor: «Caballero Hermano mío ¿a quién conduces?» —es un caballero Gran Escocés de San Andrés de Escocia, que ya posee todas las virtudes de un sabio y desea entrar en el Templo de la Sabiduría. El Sacrificador dice: «Mortal, prostérnate!». El Gran introductor hace tomar al candidato incienso, verterlo sobre el fuego y arrodillarse. El gran Sacrificador pronuncia entonces la siguiente plegaria dirigida a Lucifer: «¡Oh Sabiduría todopoderosa (Schaddai) objeto de nuestras adoraciones; es a tí a quien en este momento invocamos, causa y soberano del universo, razón eterna, luz del espíritu, ley del corazón, ¡cuan augusto y sacro es tu culto sublime!
Otra vez se hace verter incienso al candidato en el vaso de los sacrificios. El sacrificador dice: Levántate y prosigue tu camino
El hombre judaizado queda incorporado así a los sacerdotes sacrificadores de Lucifer. Está santificado, se ha convertido en Kadosch, santo. Como tal tiene derecho a cometer incluso asesinatos en honor del Gran Arquitecto del Universo y de su Iglesia masónica.
En un gabinete decorado en negro, y después de haberle vendado los ojos, se le hace hundir su puñal en el corazón de lo que se le asegura que es un traidor a la Orden. Es un cordero amordazado, al que se ha afeitado el costado izquierdo. El candidato debe tocarle para percibir los latidos del corazón antes de herir.
Como no está enterado de esta sustitución de un hombre por un animal comete, no material pero si fundamentalmente, un asesinato.
Después de esta prueba sangrienta, el aspirante es conducido al Senado, consejo político de los Kadosch en la cuarta Cámara, también allí se halla por encima del altar el triángulo invertido del que cuelga el águila blanca y negra, que aquí lleva un torno al cuello una cinta blanca y negra también, con una triple cruz patriarcal que corresponde a la triple tiara de los Papas. A Occidente hay, sobre una pirámide un mausoleo que contiene una urna funeraria (la de Jacques Molay), una corona (la de Felipe el Hermoso) y una tiara (la de Clemente V); pero ya no están loscráneos.
Es inútil describir la ceremonia política que concierne a «Tacques Molay, que no hay necesidad de elucidar.
La escala misteriosa vuelve, y el candidato es obligado a subirla por un lado y descender por el otro. Las explicaciones banales que se le dan de las palabras hebreas y de los nombres de ciencias inscritos en los siete peldaños de cada lado, si el retejador no diese una variante cuyo último fin es una blasfemia y una venganza sangrienta . La verdadera significación de la escala misteriosa de siete peldaños., que por su forma recuerda la delta o triángulo, no es en absoluto, como dice Ragón, de un lado la moral y del otro la ciencia que se ayudan entre sí , sino que se halla en lo que Clavel cuenta en su historia de la Masonería, donde cita el cuento árabe que tiene por título «Historia de Habib y de Doratilgoasi: el Caballero levanta por fin un gran velo, tras el cual se encuentran los siete mares y las siete islas que debe atravesar antes de alcanzar,Medinacilbalor, la Ciudad de Cristal, la Tebas o la Jerusalén mística. Estas islas (los siete islas afortunadas de Luciano, los siete grados de la escala del Magismo, las siete estaciones planetarias, situadas en la ruta de las almas que vuelven de este mundo de miserias a la luz estérea de Ormazd, su patria verdadera se distinguen por el nombre de los siete colores, y como nunca han variado las insignias blancas para el grado primero, la primera isla que debe conquistar Habib es la isla blanca. Pero antes de conseguirlo era preciso que sufriese la prueba de los elementos. Si el héroe permanece inquebrantable, se debe al concurso de la espada del rey filósofo y. a -la palabra sagrada grabada en ella-. La misma escala se halla en los misterios de Mithra. Para representar la purificación sucesiva de las almas mediante su paso a través de los astros, «se hacía tomar al aspirante una especie de escala, en cuya longitud había siete puertas y en lo alto una octava. La primera puerta era de plomo y se le atribuía a Saturno; la segunda, de estaño, a Venus; la tercera, de bronce, a Júpiter; la cuarta, de hierro, a Mercurio; la quinta, de un metal mezclado, a Marte; la sexta, de plata, a la Luna, y la séptima, de oro, al Sol. La octava era la del cielo de las estrellas fijas, sede de la luz increada y meta final de las almas».
Pero es también en la kabala donde hay que buscar el origen de esta escala misteriosa de siete peldaños. Según su doctrina, el espíritu humano surge de la Sabiduría. El alma viene de la Sephirah Belleza del espíritu animal de la base. «El alma toma con dolor el camino de la tierra y viene a descender entre nosotros» El alma está iluminada por la luz del espíritu del quedepende enteramente. Después de la muerte no tiene reposo; las puertas del Eden no se le abren antes de que el espirita se haya remontado hacia su fuente, el Anciano de los ancianos para llenarse de él durante la eternidad, porque siempre el espíritu vuelve hacia su fuente» «El alma no deja la tierra hasta que la reina haya venido unirse a ella para conducirla al palacio del rey donde morará eternamente».
Ahora bien, al descender de la sabiduría, el espíritu debe pasar por la Inteligencia, los tres Sephiroth morales y los tres físicos; y, al subir, debe pasar por los mismos siete Sephiroth para volver al Eden. Este es el origen de la escala misteriosa que el candidato debe subir para llegar al grado 31, a la Sephirah sabiduría.
La Kabala judía explica casi todos los misterios del paganismo y del magismo.
En la tumba de «San Jaime» (Molay) el candidato pronuncia aún cuatro votos, pero antes de eso se le ordena que tome la corona y la tiara del Papa y la aplaste con los pies. Se denota con este acto que la venganza de la Orden no debe recaer en las personas de Clemente V y Felipe «el bello», muertos hace siglos, sino sobre «aquellos a quienes corresponda por derecho», es decir, a sus sucesores en el oficio pontifical N, en la dignidad real. «¿Qué han aplastado tus pies?» « —Coronas reales y tiaras papeles»
Según los votos, el candidato es consagrado kadosch, iniciado perfecto, caballero del águila Blanca y Negra, lo que significa sacerdote del «Buen Principio Hermafrodita, sacrificador de Lucifer».
«—,Por qué somos Kadosch? —Para combatir a ultranza y sin cesar toda injusticia y toda opresión, ya procedan de: Dios, del rey o del pueblo». «—-¿En virtud de qué derecho? —Mischtar, del gobierno (de la Orden).»
«—¿Qué es un Kadosch perfecto? —Aquel que ha prestado un juramento irrevocable de mantener, cueste lo que cueste, los principios de la Orden; de defender, cueste lo que cueste, la causa de la Verdad y de la Humanidad contra toda autoridad usurpada, abusiva o irregular, sea política, militar o religiosa, y castigar sin piedad a los traidores a la Orden».
El colmo del odio satánico contra Dios queda claramente expresado con el gasto simbólico de los Kadosch, cuando en su banquete, para beber el sexto brindis, se hunde el puñal en el vaso de vino rojo; mientras que caen las gotas que figuran sangre, exclaman todos a la vez: Deus santus, nokem, «Dios santo, vengador».
Después de haber bebido se da una puñalada en dirección al cielo exclamando: Mekam, Aclonai, «Venganza, Adonai». ¡Venganza contra tí, Dios de los cristianos, venganza por todo el daño infringido a Lucifer!
Para el séptimo brindis se trae un ponche llameante, se extinguen. las antorchas, y al siniestro resplandor de las llamas azuladas del espíritu de vino, los sacerdotes de Satán blanden el puñal contra el cielo, cantan su cántico de Kadosch y repiten su invocación a Lucifer: «Dios Santo, vengador» y su desafío a Dios; Venganza Adonai.Se vuelve el puñal a su sitio y el Gran Maestro dice; Phaga-Khof, «él todo lo ha aniquilado»; los ayudantes responden: Plureas-Khol, «todo lo ha devastado». Y así termina el siniestro banquete del Aerópago.
He aquí, como vemos que :«Los Reyes de la tierra se han sublevado, y los Príncipes se han unido contra el Señor y contra su Cristo, diciendo: ¡Rompamos sus ligaduras y rechacemos lejos de nosotros su yugo! Aquel que habita en los cielos se reirá de ellos, y el Señor se burlará» .
Recapitulando este grado para hallar en él la Sephirah de la inteligencia, vemos al candidato, escribir y firmar en la Cámara negra la petición de ser admitido para más altos conocimientos, no obstante su íntima persuasión de encontrarse ya en una esfera sobrenatural y diabólica. En esta súplica hallamos un nuevo pacto por el cual se compromete, con pleno conocimiento, a ir más lejospor el camino escabroso. Le seguimos hasta la cueva del sepulcro, donde. comete, con conocimiento de causa, un asesinato simbólico en las cabezas del Papa y del Rey.
En la Cámara Azul entra en el «Templo de la Sabiduría», y de rodillas ofrece su sacrificio al Angel de Luz, y en esta Cámara se decreta que el aspirante debe «sufrir su suerte». ¿Qué suerte es esta? La comisión, si no material, formal de un auténtico asesinato.
En la Cámara Roja, por fin, sube la escala misteriosa de siete escalones. El número siete que tan frecuentemente encontramos en este grado, y en todas las ocasiones que se trata de espíritus malignos, nos recuerda los siete Daevas de los zoroastrianos, de quienes ya hemos hablado. Los iniciados en la magia, entre los persas, suben una escala misteriosa de siete escalones dobles. Se supone que el candidato asciende los siete coros de demonios; como con motivo de su admisión en la corte de Lucifer, se incorpora a los silfos ya las querubines,
Haría falta todo un libro sobre las siete esteras de los espíritus.
Nos bastará aquí con comprobar el progreso hecho por el candidato en su identificación con el Angel de la Luz. Ha recibido el don de la inteligencia; ha comprendido el interior de la Corte que se la abriera en el grado 27.
Fin de la cita
El caballero kadosh, por lo tanto, es un hombre que, con un solemne e irrevocable juramento, ofrece incienso a Satanás, glorifica con las invocaciones de lucifer, comete un asesinato ritual, formal o material, sube la escalera de siete pasos, según un ritual gnóstico de la magia pagana, pisotea la corona y el símbolo de la Tiara del papado, jura odio contra Dios y la religión cristiana, brinda con una daga hacia el cielo gritando «Deus sanctus, nokem», es decir: ¡el dios santo [lucifer] venganza! «y» Adonai , nokem «:» Vendetta Adonai «! El cardenal A. Lienart, en 1924, fue consagrado «kadosh knight», 30 ° grado de Francmasonería, «lucifer sacrificer», «perfecto iniciado», «caballero águila negra y blanca», que significa: «sacerdote del bien». príncipe hermafrodita «! Un buen gol, no lo dudes!
Es obvio que resulta imposible que un caballero Kadock pueda tener intención la intención que requiere la Iglesia para recibir el episcopado, que es la plenitud del sacerdocio, porque su intención es esencialmente contraria, según León XIII. De lo que se deduce que él no era obispo y por ende no pudo ordenar válidamente de sacerdote a nadie. Luego, no es objetiva la opinión de los que defienden que Lefebvre fue ordenado sacerdote por Lienart.; es tan sólo una opinión prejuiciosa e interesada que, sin embargo, no les disculpa ante su conciencia ni ante Dios estar recibiendo falsos sacramentos. Si Linart no fue obispo, no pude ordenar validamente a Lefevre. Y como para ser consagrado obispo es condición haber sido ordenado sacerdote, Lefebvre no pudo ser consagrado obispo, por lo que sus «ordenaciones» fueron todas inválidas: Ante la certeza moral de que Lienart era caballero Kadosk antes de ser llamado obispo, todo católico está obligado a no recibir los sacramentos de manos de los lefebvristas, y aún si, no habiendo llegado a la certeza moral, permanece en la duda.
La certeza moral de la pertenencia de Lienart a la masonería, grado 30, se puede obtener aquí, y en otros lugares.
«sacerdotes y obispos» lefebvristas, ¿cómo les permite su conciencia, – a los que estén al tanto de esta realidad-, mirar hacia otro lado? No ven que sólo la Verdad les hará libres de esas cadenas que les atan? Tanto les compensan sus capillitas aquí y allá, las comodidades y seguridades que van adquiriendo aunque sean pocas? No se dan cuenta del precio que pueden pagar si siguen engañándose a ustedes, y lo más grave: a las almas que se les acercan. El daño que le hacen al Señor es tremendo, además juegan con su salvación y la de esas personas que creen recibir la Gracia de sus manos, cuando sólo reciben las aguas emponzoñadas de quienes sólo Dios sabe el porqué, prefieren seguir con el engaño y fingir que son sacerdotes del Señor cuando existe una duda muy grande de que así sea, y está en las manos de cada uno el solucionar esa situación.
Qué Dios se apiade de nosotros.