EL OTRO PULMÓN DE LA IGLESIA
Los fieles de la Iglesia de rito latino tenemos, en general, un grandísimo desconocimiento del otro «pulmón de la Iglesia», los orientales, y eso, hasta el punto de que solemos pensar inconscientemente que legítimamente sólo existe un Rito, y cuando nos ponemos a «profetizar» sobre cómo se saldrá de la crisis actual- donde debido a la invalidez del nuevo rito de consagración episcopal impuesto por Montini: Pablo VI, ha desaparecido el episcopado, y por tanto, el sacerdocio católico; el cual sólo conservan obispos eméritos y sacerdotes muy mayores, que fueron consagrados u ordenados con el antiguo rito, antes del 6 de abril del 1969 – en pocas ocasiones pensamos que hay otro «pulmón» que, quizá, soló quizá, el Señor use para sacarnos de esta tempestad, si es que no estamos a las puertas de su segunda venida en gloria y majestad y, aunque esta opción parece lo más probable, no está de más conocer con cierta claridad qué son las Iglesias católicas orientales. Razones, las anteriores, para dejarles una introducción que nos ha parecido bastante sencilla y esclarecedora:
SOBRE LAS IGLESIAS CATÓLICA ORIENTALES
Según el Código de los Cánones de las Iglesias Orientales éstas se agrupan en cuatro categorías:
Iglesias patriarcales.
Iglesias archiepiscopales mayores.
Iglesias metropolitanas sui iuris
y otras Iglesias orientales sui iuris.
Iglesias patriarcales De acuerdo al Código de Cánones de las Iglesias Orientales, la erección, restauración, modificación y supresión de una Iglesia patriarcal es derecho exclusivo del papa (c. 57-1), quien es el único que puede modificar legítimamente el título de la sede concedida o reconocida por él a ese patriarcado (c. 57-2), y conserva en todo momento el ejercicio de la plena autoridad sobre toda la Iglesia (c. 43). El patriarca no puede transferir su sede a otra ciudad sin el consentimiento del Sínodo Patriarcal y del papa (c. 57-3), quien define y modifica el territorio propio de una Iglesia patriarcal (c. 146-2). El patriarca es un obispo que ejerce diversos poderes sobre todos los fieles de la Iglesia particular que él preside (c. 56), cuyo título es personal e indelegable (c. 78-1). Junto con el Sínodo Patriarcal, ejerce plenamente su poder sólo dentro de los límites del territorio propio de la Iglesia que preside (c. 78-2), pero en lo relativo a las leyes litúrgicas de su propio rito, y en otras materias aprobadas por el papa, su poder es ejercido sobre los fieles y clérigos de su Iglesia en todo el mundo (c. 78-2)(c. 150-2). El patriarca es elegido canónicamente por el Sínodo Patriarcal (c. 63) dentro del mes de la vacancia, o hasta los dos meses (c. 65-2), pero si luego de 15 días de reuniones no se logra su elección, corresponde al papa hacerlo (c. 72-2). El Sínodo es convocado por el administrador de la Iglesia patriarcal, que es el obispo curiado más antiguo (c.128-3). Si el elegido por el Sínodo acepta, es proclamado y entronizado inmediatamente, pero, si no es obispo, debe ser ordenado antes de la entronización (c. 75). El nuevo patriarca debe realizar una profesión de fe y una promesa de fidelidad (c. 76-1) y requerir la comunión eclesial del papa (c. 76-2), sin la cual, ejerce válidamente su oficio pero no puede convocar al Sínodo ni ordenar obispos (c. 77-1,2). Con el consentimiento del Sínodo Patriarcal, y luego de consultar al papa, el patriarca puede dentro del territorio propio de su Iglesia, establecer provincias y eparquías, modificar sus límites, unirlas, dividirlas, suprimirlas, modificar su estatus jerárquico o transferir una sede eparquial (c. 85-1). Con el consentimiento del Sínodo Permanente puede erigir, modificar o suprimir exarcados dentro del territorio propio de la Iglesia (c. 85-3). Con el consentimiento del Sínodo Patriarcal puede nombrar obispos coadjutores y auxiliares (c. 85-2). En su propia eparquía, en monasterios exentos y en otros lugares del territorio propio de la Iglesia en donde ninguna eparquía ni exarcado está establecido, el patriarca tiene los mismos derechos y obligaciones que un obispo eparquial (c. 101). Con el consentimiento del papa, el patriarca puede enviar visitadores fuera del territorio propio para informarse de la situación de los fieles de su Iglesia (c. 148). El Sínodo de obispos de una Iglesia patriarcal está constituido por todos los obispos válidos de la misma (c. 102-1), incluso los que tienen sede fuera de los límites propios de la Iglesia y los titulares, aunque su voto puede ser restringido (c. 102-2). El Sínodo Patriarcal es convocado y presidido por el patriarca (c. 103) y tiene competencia legislativa exclusiva dentro de su Iglesia (c. 110-1), es el superior tribunal de la misma (c. 110-2), elige al patriarca y a los obispos dentro de los límites propios de la Iglesia (c. 110-3), y propone al papa ternas de candidatos para los cargos de obispos eparquiales, coadjutores o auxiliares fuera del territorio propio (c. 149). El patriarca debe tener en su sede una Curia Patriarcal, distinta de la de su propia eparquía, compuesta por el Sínodo Permanente, los obispos curiados, el tribunal ordinario de la Iglesia, (c. 114-1), el oficial financiero del patriarcado, el canciller patriarcal, la comisión litúrgica, y otras comisiones. Los miembros de la Curia Patriarcal son nombrados por el patriarca (c. 114-2). El Sínodo Permanente es presidido y convocado (c. 116-1) por el patriarca, al menos dos veces al año (c. 120), y se compone de 4 obispos designados por 5 años (c. 115-1), uno por el patriarca y los otros 3 por el Sínodo Patriarcal (c. 115-2), además de 4 suplentes designados de la misma manera (c. 115-3). Un patriarca puede nombrar un procurador ante la Santa Sede con el asentimiento del papa (c. 61). El patriarca, con el consentimiento de uno de los sínodos, debe convocar a una Asamblea Patriarcal al menos cada 5 años (c. 141), a la cual pueden ser convocados obispos, clérigos y laicos para exponer sobre lo que se les consulte (c. 143). Ellas son:
- Iglesia católica maronita
- Iglesia católica copta
- Iglesia católica armenia
- Iglesia católica siria
- Iglesia católica caldea
- Iglesia greco-católica melquita
Iglesias archiepiscopales mayores
Una Iglesia archiepiscopal mayor es presidida por un obispo con el título de arzobispo mayor o archieparca mayor (c. 151). Tiene las mismas prerrogativas que una Iglesia patriarcal (c. 152), excepto que difiere en cuanto a que una vez elegido por el Sínodo, el candidato a archieparca mayor, si acepta su elección, debe pedir al papa su confirmación (c. 153-2). Solo después de ser confirmada la elección por el papa, el candidato podrá realizar la profesión de fe y promesa de fidelidad ante el Sínodo, ser proclamado y entronizado, si es ya obispo, u ordenado antes de la entronización, si no lo es (c. 153-3). Si el papa deniega la confirmación, entonces otra elección debe ser realizada (c. 153-4). Ellas son:
- Iglesia greco-católica ucraniana
- Iglesia greco-católica rumana
- Iglesia católica siro-malabar
- Iglesia católica siro-malankara
Iglesias metropolitanas sui iuris
Una Iglesia metropolitana sui iuris es presidida por un arzobispo metropolitano nombrado por el papa y asistido por un Consejo de Jerarcas (c. 155-1) compuesto por todos los obispos del metropolitanato (c. 164-1). Corresponde al papa erigir, modificar, suprimir o definir los límites territoriales de una Iglesia metropolitana sui iuris (c. 155-2), solo dentro de los cuales el metropolitano y el Consejo de Jerarcas ejercen su función (c. 157-2). El nuevo metropolitano elegido debe pedir al papa el palio hasta tres meses después de su ordenación como obispo, o de su entronización si ya lo es (c. 156-1). Mientras no reciba el palio, no puede convocar al Consejo de Jerarcas, ni ordenar obispos (c. 156-2). El metropolitano sui iuris posee un poder personal sobre la Iglesia que preside, que no puede delegar en un vicario (c. 157-1). El Consejo de Jerarcas, que debe reunirse al menos una vez al año (c. 170), elabora listas secretas de al menos tres candidatos, que eleva al papa para el nombramiento del metropolitano sui iuris y de los obispos de la Iglesia metropolitana sui iuris (c. 168). El metropolitano tiene el derecho a ordenar y entronizar obispos (c. 159-1), convocar al Consejo de Jerarcas (c. 159-2) y erigir un tribunal metropolitano (c. 159-3). Durante la vacancia de la sede del metropolitano sui iuris, el obispo eparquial más antiguo ejerce como administrador de la Iglesia metropolitana sui iuris (c. 173-1). Son:
- Iglesia católica etíope
- Iglesia católica bizantina en América (aunque es parte de la Iglesia católica bizantina rutena, lo mismo que el exarcado de la República Checa y la Eparquía de Mukachevo, constituye una jurisdicción independiente, no existiendo en la práctica ningún órgano que reúna a estas jurisdicciones rutenas, como tampoco existe para las jurisdicciones que constituyen, por ejemplo, la Iglesia Católica Bizantina Griega o la Iglesia Católica Bizantina Ítalo-Albanesa).
- Iglesia greco-católica eslovaca
Otras Iglesias orientales sui iuris
Iglesias con jerarquía propia
Las Iglesias sui iuris que no son patriarcales, archiepiscopales mayores ni metropolitanas, son presididas por un jerarca de acuerdo a leyes determinadas por el papa (c. 174). Esas Iglesias dependen directamente de la Santa Sede, aunque el jerarca puede ejercer diversos derechos como delegado del papa (c. 175). Son iglesias sin Sínodo ni Concilio de obispos ya que tienen una o dos diócesis; sus jerarquías son elegidas por el obispo deRoma. Ellas son:
- Iglesia católica bizantina búlgara
- Iglesia católica bizantina húngara
- Iglesia católica bizantina ítalo-albanesa
- Iglesia católica bizantina griega
- Iglesia católica bizantina rutena
- Iglesia greco-católica croata, o de la Eparquía de Križevci y del Exarcado de Serbia y Montenegro
- Iglesia greco-católica macedonia
Iglesias sin jerarquía propia
Son iglesias que tras finalizar la era comunista en sus países no se les ha nombrado todavía un obispo propio. Ellas son:
- Iglesia católica bizantina albanesa
- Iglesia católica bizantina rusa
- Iglesia greco-católica bielorrusa
En el caso de la Iglesia católica bizantina rusa, los dos exarcados apostólicos existentes en Rusia y China antes de las revoluciones marxistas en esos países no han sido aún reactivados por la Santa Sede, dependiendo los fieles en Rusia de los obispos latinos y ucranianos, en China la iglesia continúa en las “catacumbas”, las pocas parroquias existentes en países occidentales dependen de obispos latinos. En el caso de la Iglesia católica bizantina albanesa, la Santa Sede ha reactivado la administración apostólica del Sur de Albania que, a pesar de ser catalogada como de rito oriental, tiene un obispo latino y la mayoría de sus escasos fieles son también de este rito. La Iglesia greco-católica bielorrusa es la más desarrollada de las tres pero, debido a las diferencias con el Patriarcado Ortodoxo de Moscú, la Santa Sede no le ha nombrado aún jerarquía, dependiendo sus fieles directamente de la Congregación para la Iglesia Oriental.
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