LA Vª REVOLUCIÓN, PARTE 2 DE 3

El hombre no, Satanás sí

EL PROBLEMA RELIGIOSO

El objetivo de las cábalas secretas no se ciñe en esta fase dirigida por Satanás tanto a destruir la Religión católica sino en “absorberla en el saber humano a través de la mediación de la razón, o sea, se trata de disolver la Religión católica negando lo sobrenatural”. La contabilidad de  Lucifer le señala que, muy al contrario de lo que muchos piensan, el ateísmo es aún hoy un fenómeno minoritario, y lo que existe, en realidad,  es la secularización de las sociedades, es decir, una mutación de las creencias, la heterodoxia, y la reducción de la práctica religiosa. Por lo tanto teme el diablo que donde hubo fuego, de sus rescoldos pueda volver a surgir la llama.  

Para acelerar la metamorfosis de la fe que culmine en una única religión sin dogmas le es necesario al poder del Infierno contar, no sólo con las imponentes cábalas secretas-la Bestia que surge del mar-, sino también con la Bestia que surge de la tierra: la jerarquía de la falsa iglesia, adulta ya en 1958, y constituida formalmente en el conciliábulo Vaticano II-1962-1965; porque es esa Bestia la que mudó la fe católica, pero que por ignorancia, pereza o interés, la mayoría cree  aun, falsamente, que sigue siendo la Iglesia Católica fundada por Nuestro Señor Jesucristo. La antigua serpiente que engañó a Eva tratará en este penúltimo periodo, anterior a la proclamación de una única religión mundial natural, de atrapar a las almas entre estas dos pinzas. Las dos bestias. Por esta razón iremos poniendo en conocimiento de los lectores u oyentes, los textos concordantes de  ambas bestias que conducen al mismo fin perverso.

En particular, la distancia entre la Iglesia católica reducida a un pequeño rebaño “huido al desierto” y las organizaciones como las Naciones Unidas, la OMS, o el Fondo Monetario Internacional, etc., controladas por las poderosas cábalas ocultas, se amplía cada vez más en torno al concepto de la libertad religiosa y la tolerancia.

Como se puede deducir de comentar los artículos 18 y 20 del Pacto Internacional de los derechos civiles y políticos, en vigor en las Naciones Unidas desde 1976, la enseñanza de la historia general de las religiones en las instituciones públicas, debe ser administrada de tal forma, que la docencia sea practicada de modo neutro y “objetivo”. Cuya práctica es rigurosa y evidente.  La manifestación, pues, de una Religión no puede corresponder a una forma de propaganda, condenando así al proselitismo como una forma de predicación calificada de no humanitaria.

 Bergoglio- Francisco-, de acuerdo con el Pacto descrito ut supra, condena en diversas ocasiones el proselitismo, siguiendo a Ratzinger-Benedicto XVI- que lo había condenado en el 2007 en Brasil y en sucesivos discursos y obras.

 Las religiones son, pues, puestas todas en el mismo plano, como demuestra la obligación de hablar de todas si se habla de una. Por lo tanto, se niega que una Religión pueda constituir la Verdad; se niega que Cristo sea la Verdad. En muchos documentos oficiales se ratifica, en efecto, que quien considera   la propia religión como verdadera en detrimento de otras es culpable de fanatismo y recae, pues, en aquello que se considera “odio religioso” aunque su actitud no contemple acudir a la discriminación o a la violencia; delito que pasará a formar parte de la ley penal.

La Naciones Unidas han llevado desde hace décadas una política interreligiosa fundada en el presupuesto de la absoluta igualdad entre todos los tipos de creencias del mundo. Esta política abominable ha sido apoyada por organizaciones diversas por finalidad y composición, pero en las que desempeñan funciones importantes personajes en cargos relevantes de las finanzas y de la diplomacia mundial; por ejemplo: personajes como Maurice Strong – fue secretario general adjunto de la ONU-, Ted Turner-  magnate estadounidense de los medios- o Tim Wirth-  subsecretario de Estado para Asuntos Globales del Departamento de Estado de los Estados Unidos durante la administración demócrata de Clinton . Luego se desempeñó como presidente de la Fundación de las Naciones Unidas, y actualmente forma parte del directorio de la Fundación.,

La idea de unir todas las religiones del mundo en una única, no es nueva. La primera en defenderla fue la acusada por algunos de estafadora y mentirosa, la ocultista Hélene Blavastskji, que en 1857 fundó en Nueva York la esotérica sociedad teosófica. Esta sociedad tenía como programa formar el núcleo de una fraternidad universal sin distinción de raza, sexo y creencia. En las propias palabras de su sucesora, Annie Besant: « Unir todas las religiones en una áurea cadena de amor divino y de servicio humano es el propósito de nuestro movimiento en toda la tierra». Por cierto, la influencia del pensamiento de Blavastskji en Wojtyla a través de Mieczysław Kotlarczyk, director de teatro vanguardista está bastante acreditada por varias fuentes serias. Este espíritu teosófico, hoy encarnado en la Nueva Era, lo divulgaron Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, denominándolo como  el espíritu de Asís.

Basant fue inspiradora y organizadora del primer Parlamento de Religiones de Chicago en 1893, en la cual ya se encontraban algunos sacerdotes católicos, luego investigados por americanismo; herejía condenada en 1899.  Este Parlamento se dedica a cultivar una armonía entre las comunidades religiosas y espirituales y a animar a un compromiso con el mundo, no con Dios, para construir una tierra más justa según la ideología que hoy llamaríamos globalista y de género, en paz sin libertad, y sostenible, o sea, sujeta al nuevo ídolo denominado Mama Tierra.

En el año 2008 ya existía una red mundial, formada por 14 organizaciones internacionales, que habían organizado tres grandes encuentros: en Oxford en 2001 y 2003, y en Budapest en 2002. Entre éstas cabe señalar al Consejo para un Parlamento de las Religiones del mundo (CPWR) o la Asociación Internacional para la Libertad Religiosa. A estas organizaciones recurren otras menores, pero no menos activas e importantes, como la Fundación del Patrimonio de la Catedral, o los Unitarios universalistas, que junto con la Iglesia Universalista de América afirma que «se puede ser religioso sin creer en Dios».

Teólogos “católicos” participantes entre los 8.000 representantes en el segundo Parlamento de las Religiones adoptaron posturas minimalistas y conciliadoras respecto a la relación entre el cristianismo y el resto de religiones, hasta el punto de decir que Jesús no ha sido el único mediador.

En analogía con el Parlamento de las Religiones se fundó en 1970 la Conferencia Mundial de la Religión por la paz. Este organismo colabora con el ECOSOC, con la UNESCO y la UNIFEC,  y en el año 2001 creó una red mundial de mujeres pertenecientes a distintas confesiones religiosas. En 1995 el Parlamento de las Religiones fue promovido a miembro del más alto nivel de la ONU. De la Secretaría de esta organización forman parte el “cardenal” Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, el “arzobispo” emérito de Tokio, Seiichi Shirayanaga, o Chiara Lubich, fundadora de los focolares. El gobierno de esta organización está compuesto de personas riquísimas e importantes por el poder político que ostentan.

La Iniciativa para la Unidad de las Religiones (URI) describe a los documentos de la ONU, como nuevas escrituras sagradas, redactadas por una comunidad en lugar de por un autor inspirado por Dios. Esta organización es una de las más importantes e influyentes organizaciones interreligiosas, fundada en 1993 por el episcopaliano Willian Swing, que en la catedral de la Gracia, San Francisco, para celebrar la fundación de la ONU, mezcló las aguas del Ganges, del Mar Rojo y del Jordán y otros ríos sagrados, arguyendo que pudiesen confluir de una misma manera todas las religiones del mundo. Muchos de los defensores de la URI son conocidos miembros de la New Age, como Robert Muller, que fue asistente al Secretario General de la ONU. El falso obispo episcopaliano Swing ha condenado en varias ocasiones el proselitismo cristiano y ha dicho que no será más tolerado en la nueva era de las religiones unidas. Esta organización está hoy activa en más de 50 países, y cuenta con una red de más de 200 círculos de cooperación. (grupos formados que deben albergar al menos a miembros de tres religiones diferentes).La URI está asociada con el departamento de Información Pública de la ONU.

El hereje y el infiel monólatra cree que Dios se manifiesta de diferentes formas y en diferentes religiones. El monolatrismo, al final, viene a ser una forma del politeísmo, con la diferencia de que el politeísta piensa que se trata de dioses diferentes, y el monólatra piensa que es el mismo dios, que quiere que se llegue a él por medio de distintas religiones.

La representación puramente humana y subjetiva del dios de judíos y musulmanes y otras religiones falsas, exenta de la fe en la Revelación, no es monoteísta sino ‘monólatra’.

Sólo es monoteísta el católico, quien adora a la Santísima Trinidad, porque la Unidad de Dios es inseparable de la Trinidad de Personas. Las Personas trinitarias son las relaciones subsistentes. Es falso decir que los musulmanes son monoteístas. No lo son porque no adoran al Único Dios verdadero, que es Trino. Ellos están en el monólatrismo, o sea, que adoran un solo ídolo supremo. Dígase lo mismo de los judíos, que rechazaron la Revelación de la Santísima Trinidad. Ellos también dejaron la adoración del verdadero Dios Trino, al rechazar al Hijo Unigénito de Padre, para inclinarse ante un ser inexistente, un ídolo. Sólo hay una religión monoteísta: es la Católica, porque sólo en ella se adora a la Santísima Trinidad. Porque el dios de los monolatras es el resultado, no de la Revelación, sino de sus diferentes y humanas proyecciones mentales y deseos;  esa es la razón de los distintos ídolos compitiendo por ser cada uno ellos ’el único’.

Lo que quieren aniquilar es a Jesucristo, el Hijo Unigénito de Dios. Él es el obstáculo final a derribar para que triunfe la nueva religión. Si los católicos aceptan despojar de la divinidad a Cristo, habrán destruido su fundamento, y el camino de unidad con los musulmanes y judíos y otras falsas religiones- que no admiten la Santísima Trinidad – habría sido allanado. Porque si no hay Hijo, no hay Padre, ni Espíritu Santo que proceda de ambos; sólo quedaría, pues, una idea de Dios falsa, inmanente, probablemente panteísta. Y la inmensa mayoría de la humanidad quedaría a merced de las religiones de Satanás para su eterna condenación.  

Si aceptáramos, pues, que la Santísima Trinidad es un dogma ‘secundario’ o silenciamos que la Trinidad es la misma esencia divina, con el fin de obtener una ‘paz’ del mundo fruto del diálogo entre las diversas religiones y una adoración a una criatura: la Tierra, estaríamos despreciando o rebajando el misterio de la Redención: La encarnación del Verbo de Dios, el Hijo Unigénito Jesucristo y su pasión y muerte para nuestra salvación; y esa es la fe y el sentir de la Iglesia a través de todos los siglos. “ El que quiera, pues, salvarse, así ha de sentir de la Trinidad [… ] Pero es necesario para la eterna salvación creer también fielmente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo, …..” (Símbolo Quiqunque Dz 75,76). Y el resultado de tal veneno sería la contaminación y aniquilación de la fe católica, llevando a los fieles al indiferentismo religioso; fenómeno tan extendido que asfixia a la mayoría de los bautizados; indiferentismo y relativismo que suponen el preámbulo necesario para que millones de almas acepten de buen grado la nueva religión, fundada en una falsa paz y la traición a Jesucristo. Ese indiferentismo ha sido promovido y hasta televisado entre otros muchos actos sacrílegos por Wojtyla, más conocido por Juan Pablo II, en los encuentros ecuménicos de Asís de 1986 y 2002, y por Ratzinger, más conocido por Benedicto XVI, en el año 2006.  

Todas estas organizaciones interreligiosas, de entre cuyas decenas, hemos descrito unas pocas, proclaman su plena adhesión a la agenda ecológica y hablan mucho de la Tierra y casi nada de Dios. Se trata de iniciativas cuyo fin es instaurar una nueva ética planetaria, ecologista y orientada a fundar una nueva religión en la que se insta a colaborar a las religiones históricas, según las intenciones de los dos guías reconocidos- Maurice Strong y Mijail Gorbachov- para los cuales su programa debería sustituir, no solo a la declaración de 1948, sino también a los Diez Mandamientos. En la base de este intento está la hipótesis Gaia, un nuevo paganismo con tintes de New Age, que se preocupa especialmente de impedir el crecimiento de la población humana en la tierra, de lo cual hablaremos en nuestro siguiente artículo. Casi todos saben quién es Mijail Gorbachov, pero pocos saben de Strong, un alto funcionario de la ONU, antes ejecutivo de empresas multinacionales, partidario de las religiones indígenas cercanas a la New Age.

Muchas organizaciones de la iglesia del conciliábulo se inspiran en esta obra, sin considerar su tendencia antirreligiosa y especialmente anticatólica, y que desde sus comienzos tiene como objetivo unir todas las religiones en una sola. Detrás del rechazo al proselitismo de las religiones, especialmente la católica, argüido por la idea de que ninguna de ellas posee la verdad totalmente, se esconde el proyecto, muy vasto,  y amplísimamente financiado por los jerarcas más poderosos, de crear una religión mundial nueva en la que confluyan todas las religiones, fundada sobre los derechos humanos. La única institución capaz de oponerse a este proyecto totalitario de fundar una nueva religión que censurará con graves penas todo proselitismo adverso a ella, es la Iglesia católica, hoy un rebaño esparcido sin cabeza visible, en cuanto único organismo centralizado y culturalmente capaz de defenderse; de lo que se concluye la gravísima necesidad y obligación de dotar a la Iglesia de un legítimo Papa tras 62 años de vacancia en la Santa Sede.

En septiembre de 2014 el expresidente de Israel, Shimon Peres, se reunió con el falso Papa para proponer la formación de una nueva “ONU de las religiones”, que el Papa encabezaría. Simón Peres sugirió que esta organización debería ejercer una autoridad “incuestionable” que le permitiera proclamar “qué es lo que Dios quiere y qué es lo que no quiere”, con el objetivo de combatir el extremismo religioso. No se trataba se convertirse todos a la Religió católica, sino al contrario, sino de que ese falso papa fuera el líder de una nueva religión.

Las implicaciones de esta idea son enormes. Como hemos visto ya existen iniciativas interreligiosas globales, tales como la Iniciativa de las Religiones Unidas, pero evidentemente Peres prevé una “Organización de las Religiones Unidas” construida de arriba hacia abajo, que concentre en sí mucho más poder y autoridad, de forma centralizada: “Lo que se necesita es una autoridad moral incuestionable que diga con voz fuerte: “No, Dios no quiere esto y no le permite”. Peres sugirió que el falso Papa debería ser esa autoridad, porque según él: “es tal vez el único líder religioso que se respeta verdaderamente”. Usando, pues, de una amenaza: el terrorismo, que las mismas organizaciones globalistas alimentan para conseguir sus propios fines estratégicos, y que socaba no la paz de Dios, sino la paz de Satanás que ellos quieren imponer, necesitan de una unidad de las religiones sin diferencias de dogmas: No lo silenció Peres en ese mismo encuentro, diciendo:  la mejor manera para contrastar a estos terroristas que matan en nombre de la fe» es la creación de una «Organización de las Religiones Unidas, una ONU de las Religiones», al tiempo que ha señaló la necesidad de una «constitución de las Religiones Unidas, exactamente igual a la constitución de la ONU».

“Uno de los objetivos de la Faith Foundation de Tony Blair, un convertido al falso “catolicismo” era el de reformar las principales religiones, de forma paralela a como su colega Barack Obama reformaba la sociedad global. Con este fin, la fundación en cuestión trataría de ampliar los «nuevos derechos»-ideología de género, matrimonio homosexual, adopciones por las parejas gays, eutanasia, etc. -, utilizando las religiones del mundo para este fin y adaptándolas a sus nuevas funciones. Las religiones tendrían que ser reducidas a un mismo denominador común, lo que significaría vaciarlas del dogma y su identidad.

Este proyecto amenaza con llevarnos a una época en la que el poder político se atribuya la misión de promover una confesión religiosa, o de cambiarla. En el caso de la Fundación de Tony Blair, esto gira entorno a promover una única confesión religiosa que vaya de la mano de un poder político universal global, que sería impuesto al mundo entero.

Sobre el apoyo de Bergoglio a la creación de esta nueva religión mundial sincrética, pocos ya tienen en el presente dudas, a condición de que estén bien informados y hayan leído su “magisterio”. Sea suficiente un par de citas para demostrar que este falso papa es  uno de los más importantes agentes de la agitación y propaganda (Agitprop) destinada a impedir la predicación del Evangelio entre todos los pueblos y etnias para contribuir a la imposición de la nueva religión : “No encaro la relación para hacer proselitismo con un ateo, lo respeto… no le diría que su vida está condenada porque estoy convencido de que no tengo derecho a hacer un juicio sobre la honestidad de esa persona…. Por esa sola razón cuenta con una serie de virtudes, cualidades, grandezas”.  O esta otra: “El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido”. Durante el 2019, este falso papa ha violado muchos principios católicos, tales como introducir el Corán en el Vaticano y colocar dioses paganos como la Pachamama y Moloc en las entradas de sitios históricos para los cristianos. Quien no se haya convencido aún de que es un alfil del globalismo puede leer su última “encíclica” Fratelli Tutti, para persuadirse de que es un siervo más del anticristo; eso sí, al leerla tengan a mano una bolsa para vomitar, porque las náuseas serán muy fuertes.

El termino Ecumenismo es lo que más se adapta a lo que quieren hacer esto falsos  papas desde Roncalli, alias Juan XXIII, pues planean reunir todas las religiones en la restauraciones de antiguas creencias que se creían extintas. Sin embargo, casi todos optan voluntariamente por desconocer esa misma disposición en Wojtyla y Ratzinger.  Pero veamos algunas enseñanzas de ellos, sin ánimo de ser exhaustivos sobre su amplísimo falso “magisterio” al respecto.

En el telegrama enviado por Ratzinger  el 20/09/2012 al rabino jefe de la Comunidad Hebrea de Roma, dice : “Benedicto XVI desea “paz y bien a toda la comunidad hebrea de Roma, invocando del Altísimo copiosas bendiciones para el Nuevo Año y esperando que los hebreos y los cristianos, creciendo en la estima y en la amistad recíproca, den testimonio en el mundo de los valores que brotan de la adoración del único Dios. Para un católico que sepa el catecismo que se usaba antaño para hacer la primera comunión, es obvio que los judíos no creen en el mismo Dios trino  que los cristianos y que por lo tanto no adoran al único Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo..

Ratzinger en la obra “Jesús de Nazaret II”P. 63, dice:  “Hasta entonces [la parusía], Israel mantiene su propia misión.  O sea, para Ratzinger los judíos no necesitan convertirse, lo que contradice el magisterio de la Iglesia, cuya proposición-la de Ratzinger- fue condenada en el Concilio de Florencia.

Ratzinger en Dios y el Mundo’ P. 209 dice: “Y si  los judíos no ven  las promesas que se cumplen en Él, no se trata de mala voluntad por su parte, sino realmente a causa de la oscuridad de los textos. … Hay  buenas razones, entonces, para negar que el Antiguo Testamento se refiere a Cristo y para decir, ‘No, eso no es lo que dice”. Es decir, para Ratzinger las profecías del Antiguo Testamento no son claras, y legitima a los judíos a acusar de blasfemia a Cristo, no aceptarle y matarle. No sólo Ratzinger se posiciona contra el magisterio de la Iglesia, sino además contradice directamente a las Sagradas Escrituras, en las que dice Jesucristo a los judíos «Si fuerais hijos de Abraham obraríais como él.; pero ahora quieren matarme a mí, al hombre que les dice la verdad que ha oído de Dios. Abraham no hizo eso. Pero ustedes obran como su padre». Ellos le dijeron: «Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios ».[lo mismo que dice Ratzzinger, Wojtyla y el  V. II] «Jesús prosiguió: «Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió…vosotros [los judíos que no aceptan a Cristo) tenéis por padre al demonio y queréis cumplir los deseos de vuestro padre [matar al Hijo de Dios]. Desde el comienzo él fue homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira” (S. Juan 8 39, ss).

Vayamos, pues, a conocer la enseñanza errónea de Wojtyla, conducente a crear la unidad de las distintas religiones, prescindiendo de Cristo, es decir, tratando de difuminar al Hijo de Dios para lograr el consenso con las falsas religiones.

El antipapa Juan Pablo II les dice a la comunidad judía en Maguncia el 11/7/80: “¡Shalom!… El encuentro entre el pueblo de Dios de la Antigua Alianza, que nunca fue rechazada por Dios, y el de la Nueva, es asimismo un diálogo interior a la Iglesia misma, como si fuera entre la primera y la segunda parte de la Biblia (…) Judíos y cristianos están llamados como hijos de Abraham a ser bendición para el mundo (…) Diálogo entre las dos religiones que, con el Islam, deben dar al mundo la fe en el único e inefable Dios que nos interpela”. Pero ya hemos visto que los judíos que no creen en Cristo, no son hijos de Abrahán como enseña Cristo, sino que su padre es el demonio, ni tampoco los seguidores de del Islam, religión de Satanás. ¿Cómo dará la fe al mundo el Islam y los talmúdicos judíos que no tienen la verdadera fe al no creer e Cristo?

Encíclica Sollicitudo Rei Socialis del antipapa Juan Pablo II. Sobre el coloquio islámico-cristiano el 9/5/85: “Como lo he dicho muchas veces en otros encuentros con musulmanes, tenemos un solo y mismo Dios y somos hermanos y hermanas en la fe de Abraham”. El Dios de los cristianos en trinitario, un solo Dios y tres personas divinas. No es ni puede ser nunca el falso dios del Islam

El antipapa Juan Pablo II, sigue diciendo:  “A quienes comparten con nosotros la herencia de Abraham, nuestro padre en la fe, y la tradición del Antiguo Testamento, es decir, los judíos; y a quienes, como nosotros, creen en Dios justo y misericordioso, es decir, los musulmanes, dirijo igualmente este llamada, que hago extensivo, también, a todos los seguidores de la grandes religiones del mundo”. Los judíos no tienen por padre de la fe a Abraham, sino al diablo como dice Cristo en S. Juan 8 39, ss.

Catecismo de la Iglesia “Católica” de 1993,nº  841; véase también la Constitución del Vaticano II LG 16 . Sobre ‘las relaciones de la Iglesia con los musulmanes’: «El designio de salvación comprende también a los que reconocen al Creador. Entre ellos están, ante todo, los musulmanes, que profesan tener la fe de Abraham y adoran con nosotros al Dios único y misericordioso que juzgará a los hombres al fin del mundo». Hasta un niño puede hacer el siguiente razonamiento de sentido común: los musulmanes no creen que Jesucristo sea Dios. Según las Sagradas  Escrituras, el único Juez es el Hijo del Padre, Jesucristo, que es Dios. Luego, al que los musulmanes llaman su dios, Alá, no es el dios que juzgará a los hombres.

El 14 de mayo, el día de la oración interreligiosa, el falso papa Francisco pronunció una homilía dirigida a los «hermanos y hermanas de todas las tradiciones religiosas», en la que rechazó la objeción del sincretismo, para negar a la vez a Dios Uno y Trino: «Quizás haya alguien que diga: ‘Esto es relativismo religioso y no se puede hacer’. ¡Pero cómo que no se puede hacer! ¿No podemos rezar al Padre de todos? Cada uno reza como sabe, como puede, como lo ha recibido de su propia cultura. No estamos rezando unos contra otros, esta tradición religiosa contra aquella, ¡no! Todos estamos unidos como seres humanos, como hermanos, rezando a Dios, según la cultura de cada uno, según la propia tradición, según las propias creencias, pero hermanos y rezando a Dios, ¡esto es lo importante!» – ¿De qué Padre proceden estos hermanos? ¿Del Dios Uno y Trino? ¿De Alá, de Buda? ¿Acaso no tiene esto la menor importancia?”.

La Iglesia siempre se consideró como poseedora de la única Verdad, y esa fe fue la causa del martirio de centenares de miles de cristianos durante las persecuciones romanas; esa consciencia de guardiana de la Revelación no sólo fue motivo del odio de los emperadores que, sin embargo, eran tolerantes con todas las religiones de los pueblos que conquistaban, a los cuales dejaban que entronizaran a sus dioses en el Panteón, siempre y cuando no se empeñasen en que su Dios fuera el único y verdadero; caso de los cristianos. Pero aquél odio ha perdurado a través de los tiempos, porque considerarse como el único Arca de Salvación es el mayor de los escándalos para los próceres del globalismo. Con toda franqueza: Lo que hay detrás de todas las declaraciones señaladas de los antipapas últimos, del concilio, de las reformas, etc.,  es que ahora se niega que la Iglesia católica sea la única custodia y legítima administradora del Depósito de la fe. No se trata principalmente, pues, del abandono de ciertos dogmas de la  fe,  de ciertas formas litúrgicas o de ciertos principios morales,  sino de la redefinición esencial de la Iglesia en sus relaciones con el mundo y con otras religiones. No se trata de un grupo que niega un dogma determinado, que cual rama podrida se podría podar por muy poderoso que fuese, sino de la misma esencia, de todo un ataque a la misma raíz que alimenta y sustenta el árbol y que hace tiempo lo nutre con savia envenenada por lo que el árbol va menguando. Se trata de negar, en principio, la verdad de fe divina y católica definida, “extra ecclesiam nulla salus” (fuera de la Iglesia no hay salvación).

El demonio, arrojado del cielo sobre la tierra, lleno de furia se dispone a aprovechar el poco tiempo que le queda para deshacer, si le fuera posible, la obra de Dios en este mundo. En el capítulo 13 de Apocalipsis se nos describe cómo el Dragón organiza sus fuerzas para la lucha que se propone seguir contra la descendencia de la Mujer, es decir, contra la Iglesia de Cristo. Su reino es organizado imitando el modelo de su adversario, o sea el del Cordero. Al mismo Cordero opone Satanás la Bestia, el anticristo. Le fue concedida autoridad secular sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nación. Estas escenas tienen lugar sobre la tierra en presencia del Dragón . Sin embargo, una Bestia sola no podía rivalizar con la potencia del Cordero, dada la natural religiosidad del hombre en el cual el objeto de su entendimiento es la verdad. Esta es la razón de que Satanás requiera y consiga la ayuda de una segunda Bestia, la Bestia de la tierra: la autoridad religiosa mundial que quieren y promueven con su agenda los falsos papas, cuya enemiga es la Iglesia católica dispersa, “huida al desierto”. Las dos Bestias, imitando a los dos Testigos de Cristo, se enfrentan con el Cordero. Logran seducir a muchos hombres  sirviéndose de milagros aparentes; y los marcan con su señal. De este modo se enfrentan sobre la tierra dos ejércitos, el del Dragón, capitaneado por las dos Bestias, y el del Cordero.

Este aspecto de la Vª Revolución significará tal vez el fin de las guerras convencionales, tal como las hemos conocido, inaugurando la igualdad en “ en la saciedad universal”, la sociedad masificada en la igualdad del consumo de bienes y cultura, presentada como el fin de la historia humana e imbuida de la más espantosa impostura religiosa. Un mundo, pues, ajeno a las antiguas ideologías, pero que en realidad posee una única doctrina: un sistema omnipresente en un mundo desacralizado, en una tierra dominada por el vacío religioso que acepta a cualquier iglesia, pero sin Cristo. Su escatología consiste en un utopía de signo tecnocrático y gnóstico  que promete la paz mediante una única religión sin dogmas, el progreso indefinido del bienestar, la luminosidad de la ignorancia; en fin, soluciones diabólicamente mortales que nos separan de la verdad, de las que sólo unos pocos católicos fieles a Cristo se mantendrán inmunes a dichas seducciones.  

+Bendiciones

José Vicente Ramón.